Antonio Banderas: «Esta carrera hacia el premio es de no perder la dignidad»

Los Ángeles (EE.UU.) – Antonio Banderas luce una tranquilidad poco habitual en un candidato al Óscar horas antes de la gran ceremonia, quizás porque ha cerrado un año «perfecto» tras ganar el Goya y recibir la nominación en Hollywood, porque su perspectiva ha cambiado o porque sabe «que no es el favorito».

«Los premios en el mundo del arte son subjetivos, alrededor de todo esto hay un mundo extraordinario montado en el que te piden que participes para convencer. Por eso digo que de lo que se trata esta carrera hacia los premios es de no perder la dignidad», reflexiona Banderas con Efe, en el mítico paseo Sunset Boulevard, a unos kilómetros del Dolby Theatre de Los Ángeles (EE.UU.).

Sin perder la dignidad, pero también con una honestidad decidida, Banderas califica este último año de «perfecto», en el que ha ganado el Goya, «un premio que si anhelaba, la verdad», y ha recibido su primera nominación al Óscar.

El intérprete llega a Hollywood con una «montaña de premios» por dar vida al cineasta Salvador Mallo, el alter-ego de Pedro Almodóvar en «Dolor y Gloria», la cinta casiautobiográfica del director que ha llevado al cine español al prestigio internacional, de nuevo.

«Prácticamente todos los objetivos que me había trazado con esta película se han cumplido, con creces, algunos muy queridos y deseados», explica el actor.

Preguntado por la calma de la que hace gala, que contrasta con el ansia que otros candidatos demuestran según se acerca la fecha, Banderas responde claro.

«No tengo la sensación de querer demostrar nada, el Joker -interpretado por el favorito Joaquín Phoenix- parece que ha sido el personaje del año y es muy complicado, prácticamente imposible batirlo», asegura.

Aunque a personaje del año, el de Banderas no se queda corto, especialmente tras triunfar en Cannes, los premios del cine europeo y los de la crítica de Nueva York y Los Ángeles.

¿Qué significan todos estos reconocimientos para un actor cuya carrera apenas necesita impulsos?, la pregunta que muchos plantean a intérpretes con la solera de Banderas.

«Quieres que cuente lo de todo el mundo o la verdad», cuestiona de vuelta con tono cómplice.

Ante la petición de «la verdad y nada más que la verdad», el malagueño se suelta.

«Entonces te diré que lo de los premios es algo muy subjetivo -razona-. Tú y yo nos vamos a ver una película y a ti te gusta y a mi no. Esto no es correr los 100 metros y el que más corra ha ganado, no hay objetividad».

Y continúa: «Dependen de muchísimas cosas, de muchísimas promociones, de la sensación que se genera a través de la publicidad, alrededor de todo esto hay un mundo extraordinario montado (…). Por eso digo que hay que hacerlo con cierta dignidad».

Tras repetir esa palabra, Banderas aprovecha para citar otros actores que, según él, también eran dignos de recibir la nominación Óscar y quedaron fuera este año: Robert De Niro, Christian Bale, Matt Damon y Taron Egerton -que ganó el Globo de Oro-.

«Realmente no me lo esperaba, era complicadísimo meterme ahí, con una cinta en español y una producción pequeña», matiza.

Pero Banderas invita a relativizar la gloria de los Óscar, algo que se ve especialmente después de un episodio de dolor sobre el que el actor ha dejado claro que ayudó a poner las cosas en su sitio.

«Hay que relativizar, llegar aquí ha sido extraordinario -sentencia-. El 80 % de los que estamos aquí vamos a perder, solo gana el 20 %».

Y después de ganar o perder, vuelta a la realidad.

«A partir del lunes me veo trabajando, en dos semanas comienzo una película con Penélope Cruz y voy a poner los codos en la mesa. Saldré justo después de la gala», avanza.

Hasta entonces, su plan en la meca del cine es «disfrutar con compañeros».

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