Por: Marlon Escoto Valerio
Técnicamente el tiempo efectivo en las aulas está directamente relacionado con el rendimiento escolar. Socialmente las aulas abiertas recuperan la confianza de las familias en la educación cuando sus hijos e hijas asisten con regularidad a los centros educativos.
Detenerse a mitad de camino, ya sea para celebrar o enmendar lo dejado de hacer en el primer tramo tiene dos implicaciones directas: la búsqueda de la calidad educativa y devolver la ilusión y los sueños a las familias que aspiran que sus descendientes encuentren en la educación el camino de la movilidad social.
Las aulas abiertas son sinónimo que algo positivo está pasando en el sistema educativo. Es notorio el compromiso de las familias en el desarrollo educativo, al igual que la reacción positiva de los y las profesores. Los primeros 100 días de clases son producto de la buena interacción de familias y el Estado.
En 2009, 2010 y 2011 los niños y niñas del sistema educativo hondureño asistieron en promedio 120 días de clases. En 2012, 2013, 2014 y a mitad de 2015 el Estado brindó más de 200 días de clases. Los escolares que asistieron en los primeros años mencionados cursan actualmente sexto, séptimo y octavo grado. Mientras que los que asistieron en el segundo grupo de años cursan primero, segundo, tercero y cuarto grado.
El reducido tiempo dedicado a la formación en los primeros años de escolaridad genera impactos irreversibles que se arrastran durante todo el proceso educativo, indicadores que se reflejan en los análisis que sobre calidad educativa se miden anualmente.
Las generaciones a partir de 2012 tendrás más opciones de permanencia y competencia siempre que no se retroceda. Los primeros 100 días cumplidos antes de lo previsto en 2015 refleja la amplia opción de superar los 200 días en la última semana de octubre, debiendo hacer los ajustes respectivos a aquellos centros que han tenido dificultades en cumplirlo.
En la búsqueda de la calidad educativa, como un desafío permanente y cada vez más desafiante los días de clases deben traducirse a horas clases y minutos efectivos. A pesar de las reacciones ocurridas por algunos centros en el Distrito Central contrarios al cumplimiento de los 45 minutos de clases, la mayoría del sistema de educación media poco a poco se suma a esta exigencia.
En la línea de mejora continua los 100 días de clases se convertirán en 200, teniendo cada hora 45 minutos efectivos de dedicación. Este tiempo ganado debe servir para el desarrollo de las actividades de un profesor o profesora con formación en el área, cuyo conocimiento actualizado permitirá estructurar la plataforma de la calidad educativa.
La Escuela Abierta siempre tendrá opciones de inversión en infraestructura, textos escolares, capacitación y actualización docente. Se sumarán más amigos, donantes, fundaciones, empresarios, gobiernos locales, padres y madres de familia dispuestos a forjar los sueños de los niños, niñas y jóvenes de Honduras.