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Alianza Opositora incómoda con la MACCIH

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Tegucigalpa – La Misión de Apoyo en la Lucha Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), apenas tiene un poco más de 18 meses en el país, y ha logrado, junto al Ministerio Público, las primeras sentencias por corrupción, pero su trabajo parece incomodar a ciertas élites.

Contra todo pronóstico, el primer opositor político de la Misión lo constituye la Alianza Opositora, que conforman los partidos Libertad y Refundación (LIBRE) y el Partido de Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU/SD). La Misión parece que ha incomodado a los socialdemócratas y la llamada izquierda hondureña.

El presidenciable de la Alianza Opositora, Salvador Nasralla, en la presentación de su plan de gobierno destacó que, al llegar al poder, pedirá a las Naciones Unidas la instalación en el país de una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras (CICIH), similar a la que tiene Guatemala. La MACCIH será sustituida por la CICICH, sostiene Nasralla y su plan de gobierno.

Salvador Nasralla cuando presentó su plan de gobierno anunció que iba a traer a la CICIH y sacar a la MACCIH.

Luego, en un debate televisivo dijo que la MACCIH sería “la base” de la CICIH pero que la Misión por carecer de “dientes” no podía “llevar presos a los grandes” y lo estaba haciendo solo con los pequeños y medianos.  Posteriormente, en un discurso en Cofradía, Cortés, dijo que la MACCIH “tiene buenas intenciones, pero que quede claro, nosotros vamos a instalar la CICIH, porque a la MACCIH no le permiten enjuiciar a los ladrones de arriba.”

En cambio, la CICIH, “va enjuiciarlos a todos”, arengó ante un auditorio que no ponía atención a su discurso y proclamaba otras consignas y hurras a otros personajes políticos, al grado que el candidato de la Alianza se incomodó.

Las expresiones de Nasralla en contra de la MACCIH llamaron la atención de algunos analistas políticos, por considerarlas fuera de contexto y un hecho demagógico que busca confundir en el electorado sobre un discurso anticorrupción bastante ambiguo.

Analista político, Víctor MezaUno de ellos, fue el analista político Víctor Meza, del Centro de Documentación de Honduras (CEDOH), al indicar que es un error político aseverar que se puede desintegrar a la MACCIH de la noche a la mañana. “Es lo ilógico de un discurso, es desconocer el contexto, es como ir, paradójicamente, en contra de la lucha anticorrupción”, aseveró en una entrevista televisiva.

Meza cree que ese discurso anti MACCIH es demagogia política que se puede revertir en contra de quien lo pregona, tras explicar que instalar una CICIH no es como abrir un refresco de botella. Existen procesos que son muy largos y engorrosos y Naciones Unidas ha expresado que no está en la capacidad de repetir la experiencia guatemalteca por onerosa y porque la comunidad internacional tiene otras prioridades en sus recursos.

En el caso hondureño, la MACCIH cuenta con el respaldo total de la cooperación internacional y el trabajo de la Misión ha sido muy alentador en tan poco tiempo, dijo Meza, tras indicar que la lucha contra la corrupción requiere de aliados y no de enemigos.

Los enemigos de la MACCIH

Rasel Tomé, diputado LibreEl diputado Rasel Tomé, en un intento por querer justificar la decisión de la Alianza Opositora de querer una CICIH y no la MACCIH, dijo que “la política era el arte de lo posible y que mientras se instala la CICIH, la MACCIH podía seguir su trabajo” hasta que llegara su reemplazo.

Un sondeo de opinión de la Pastoral Social Caritas de la Iglesia Católica sobre la percepción de la MACCIH, presentado en enero de este año, revela que un 88 por ciento de los hondureños considera que su presencia es necesaria en el país y atribuye su figura a que no existe confianza entre las instituciones y su permanencia aquí asegura su independencia en relación con los sectores corruptos del país.

Al preguntarles quiénes consideran que serían los enemigos de la MACCIH, la población identificó a los políticos con un 74%, a los partidos políticos con un 42% y a los corruptos con un 85%, junto a los poderosos del país con un 72% entre otros sectores.

Los primeros logros de la Misión

Desde su llegada hace un poco más de 18 meses, los integrantes de la Misión, coordinados por su vocero Juan Jiménez Mayor, han comenzado a iniciar un trabajo de fortalecimiento institucional por medio de un circuito jurídico anticorrupción que consta de juzgados especiales y fiscales especializados por medio de una unidad élite adscrita al Ministerio Público. Este circuito recién comenzó a operar.

El Poder Judicial de Honduras inauguró este lunes las operaciones de los Tribunales en materia de Corrupción.

La MACCIH ha contribuido también en la aprobación de una ley de política limpia para rastrear el dinero que llega a las campañas políticas que tendrá en las presentes elecciones su primera prueba de fuego.

Pero ya en la lucha contra la corrupción, la MACCIH ha logrado de la mano del Ministerio Público—uno de sus más fuertes aliados hasta ahora—las primeras condenas por corrupción en el caso del IHSS. Mario Zelaya, el ex director de ese organismo y dos viceministros han sido condenados por las primeras líneas de investigación de ese escandaloso caso.

Estas condenas han permitido que por primera vez en la historia del país tres altos funcionarios públicos fueran sentenciados por corrupción, unos, y por lavado de dinero, otros. Eso no pasaba en este país desde hace más de una década. Pero la Misión también ha tenido tropiezos

El trabajo de la MACCIH, apoyada en el trabajo del Ministerio Público y su fiscal, el abogado Óscar Fernando Chinchilla, están generando estos cambios en una nación donde la impunidad campeaba sin tapujos. Ahora algunas ranuras se han abierto en ese aliado de la corrupción, pero como apunta la encuesta de la Pastoral Social Caritas, los enemigos de la MACCIH empiezan a saltar desde donde menos se espera.

La MACCIH trabaja en conjunto con el Fiscal Óscar Chinchilla en el combate contra la corrupción.

Es precisamente una de las tres fuerzas políticas con posibilidades de triunfo la que públicamente ha mostrado su inconformidad con la MACCIH, tanto que hasta lo plasmó en su plan de gobierno. Como dijo Meza, la lógica podría indicar que el incómodo con la Misión fuera el gobierno y no la oposición, pero todo parece al revés.

La corrupción, como bien señalan los expertos, no tiene ideologías ni colores, y cuando su combate avanza en forma sólida, en un país con redes bien montadas, la ciudadanía no termina de entender que sectores pregonen el cierre de la MACCIH cuando ésta empieza a dar sus primeros resultados.

Ese abanderado es Salvador Nasralla, que al quedarse sin el Partido Anticorrupción que fundó, abraza ahora una Alianza Opositora liderada por el partido Libre y apoyada por el PINU/SD en donde su principal apuesta de gobierno es la refundación, la constituyente, sacar a la MACCIH y un populismo propio de un socialismo del siglo XXI cada vez más desdibujado en América Latina.

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