Por un lado, el tráfico de plazas en el sistema educativo involucra a diputados, a través de cuyo accionar el Ejecutivo ha perdido el control de la educación pública que ha pasado, a juicio del ministro del ramo, Marlon Escoto, a estar secuestrado por el Legislativo.
Mientras que al par, el presidente Lobo se quejaba, minutos antes de partir a Colombia, a la Cumbre de Cartagena, de la falta de control en entidades de orden público.
Lobo se refirió a los escándalos conocidos como “arrozazos” de cuya trama no se conoció juicio final alguno.
“¿Cómo es que van entrar 500 rastras de arroz oro y no se dio cuenta ni la Portuaria, ni la DEI (Dirección Ejecutiva d Ingresos)?” se cuestionó el mandatario.
A renglón seguido expresó: “algo no anda bien, entonces tengo que tener alguien que me ayude, que no tenga compromiso con nadie, ni de políticos, ni de ningún tipo, que se encargue de que nos ayude a aplicar la Ley, eso se usa en muchas partes…”
Las expresiones del presidente reflejaron la falta de confianza del gobernante en su círculo próximo y el incumplimiento de la ley, un accionar que dejó entrever, involucra a miembros del gobierno.
El tráfico de plazas en Educación En su exposición, concluida una ceremonia para festejar el aniversario de la Fuerza Aérea Hondureña, Porfirio Lobo se refirió al tráfico de plazas en el sistema educativo público al reafirmar su respaldo pleno al ministro Escoto. “El tiene todo mi respaldo y apoyo en las acciones que está haciendo y que siga adelante y que se sienta respaldado”, reiteró. En el sistema educativo el tráfico de plazas y de favores sigue siendo denunciado y su accionar ha dejado una huella que refleja hasta muertes y cobro de pagos ilegales, especialmente a maestras, a las que, aunque han ganado sus puestos en concursos, se les piden altas cifras de dinero para ubicarles en el sistema. Parlamentarios y dirigentes magisteriales han resultado envueltos en la explosiva onda de corrupción que sigue fluyendo, cual mana en el desierto. |
La ola de muerte en el Aguán El complejo panorama criminal de Honduras tiene en el Bajo Aguán, en el caribe hondureño, uno de sus principales exponentes. En torno a las muertes violentas que ocurren consuetudinariamente en el Bajo Aguán y que superan el medio centenar en los últimos dos años, el gobernante manifestó que “como les decía, hay una confrontación interna allí que lamentamos mucho, pero el orden se va establecer”. “Lo que si lamento es que sea entre ellos mismos lo que está pasando, sumado a lo otro, entonces si estamos trabajando y a ver que medidas contemplamos que se puedan tomar en el futuro en la zona”, agregó el presidente horas después de que la ola criminal cobró al menos tres vidas en la zona. Unos días antes, el dignatario dijo que en la zona opera una banda criminal que usa el corredor de Olancho hasta Colón y que está compuesta por una cincuentena de forajidos. |
Cese inmediato a la lucha y desarme general Este mismo día, el comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, acusó a la administración Lobo de negligente respecto a la violencia que se desata en el Aguán. El Ombudsman exhortó al Ejecutivo a solucionar pronta e institucionalmente el conflicto y exigió el cese inmediato de la lucha armada y el desarme en todas las partes que ilegalmente portan y usan armas al margen de la ley. |
