El evento fue organizado por la superintendencia de Desechos Sólidos de la comuna capitalina, y contó con la presencia de la esposa del alcalde Ricardo Álvarez, Lucrecia de Álvarez, los regidores Elisa Ramírez, Doris Gutiérrez, Julio Salgado y varias autoridades municipales que se unieron a la festividad con más de mil 500 barrederos en compañía de sus familiares.
En su intervención, la esposa del jefe edilicio capitalino, Lucrecia de Álvarez, expresó su admiración y agradecimiento por todas las personas que forman parte de las cuadrillas de limpieza ya que cada mañana se levantan con un solo objetivo, mantener limpias las calles de la ciudad más importante del país.
Asimismo, pidió los capitalinos para que contribuyan a mantener limpias las calles y a tomar las precauciones necesarias para garantizar la seguridad de esas personas que contribuyen a mantener el ornato y limpieza de la ciudad.
Anunció que los próximos días recibirán un bono de dos mil lempiras para que puedan comprar comida y ropa, como parte del reconocimiento de su trabajo, a las dos mil 500 personas que trabajan en las microempresas de barrido, debido a que el mismo ya fue aprobado en sesión de corporación.
El Día del Barrendero se celebra en Honduras el 15 de julio desde 2006 como una manera de resaltar el noble trabajo que realizan los abnegados trabajadores que contribuyen a mantener limpia la capital.
Dagoberto Padilla, jefe de las microempresas de barrido, expresó que la alcaldía capitalina ayuda a sostener las familias generando más de tres mil empleos a personas de escasos recursos en las microempresas de barrido y chapeó.
Indicó que la mayoría de las personas que trabaja en las microempresas de barrido, son madres solteras que cargan con la responsabilidad de cubrir las demandas económicas de sus hijos y nietos para que éstos puedan asistir a las escuelas, vestirse, calzarse, y recibir al menos los alimentos básicos.
La celebración incluyó música, comida y regalos para todos los presentes, quienes desde horas muy tempranas se dieron cita en el plantel de la colonia 21 de Octubre de Tegucigalpa.
Como barrenderos tienen el propósito de brindarle a la ciudadanía y a los visitantes un espacio limpio y acogedor, por lo que el aseo va más allá de limpiar las calles, cunetas, quebradas y cementerios, entre otros, pues también se ocupan de que los edificios estén limpios de leyendas que hacen ver fea y sucia la ciudad.
