Caracas.– La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) calificó este domingo de «robo y secuestro» la confiscación, por parte de Estados Unidos, de un segundo buque que transportaba petróleo venezolano y acusó al país norteamericano de haber «privado ilegítimamente de libertad a su tripulación».
En un comunicado, la organización regional condenó «de manera categórica» el que también considera como un «grave acto de piratería» que, dijo, representa «una agresión inadmisible contra el comercio legítimo y la soberanía de los Estados».
La ALBA expresó que esto «desenmascara una intención deliberada de saqueo de los recursos naturales de un país soberano y establece un gravísimo precedente para la región y para el sistema internacional en su conjunto».
«Se trata de una estrategia supremacista de dominación neocolonial, orientada a imponer por la fuerza un orden anárquico en el que prevalezca la violencia, socavando el derecho internacional y sustituyendo las normas por la intimidación y el despojo», afirmó la alianza, que se solidarizó con el pueblo y el Gobierno de Venezuela.
Además, dijo que respaldará «todas las acciones jurídicas y diplomáticas» que haga el Ejecutivo de Nicolás Maduro.
La organización exigió «el cese inmediato de estas prácticas ilegales, así como la determinación de responsabilidades», y advirtió que «esta repudiable acción no atenta únicamente contra Venezuela, sino que constituye una agresión directa a todas las naciones».
El sábado, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, informó de la confiscación del tanquero con bandera panameña Centuries, que según la Casa Blanca, se trataba de un buque con «bandera falsa» parte de «la flota fantasma venezolana para traficar petróleo robado y financiar el régimen narcoterrorista de Maduro».
La portavoz adjunta de la Administración, Anna Kelly, insistió en que el navío «transportaba petróleo de (la estatal venezolana) PDVSA, empresa sancionada», ante los reportes de que el tanquero confiscado no forma parte de la lista de negra de EE.UU.
El pasado 10 de diciembre, Washington incautó el buque sancionado Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
Días después, Trump anunció un bloqueo total a la entrada y salida de este país a buques petroleros sancionados por el Gobierno estadounidense, dentro de la presión que ejerce sobre el Gobierno de Maduro, al que Washington acusa de liderar una red de tráfico de drogas.
Caracas rechazó las dos incautaciones como un «robo» e insiste en que ejercerá «todas las acciones correspondientes».
Este domingo, EE.UU. realiza una operación para interceptar a un tercer petrolero en el mar Caribe, cerca de las costas de Venezuela, según medios estadounidenses.
Maduro tachó de «piratería de corsarios» estas confiscaciones y dijo su país «tiene 25 semanas denunciando, enfrentando y derrotando una campaña de agresión que va desde el terrorismo psicológico hasta los corsarios que han asaltado petroleros». EFE/ir








