Naciones Unidas – Al menos 34.000 inmigrantes han muerto o están desaparecidos tras perderse su rastro en aguas del Mediterráneo cuando se dirigían desde África hacia Europa en los últimos diez años, según dijo hoy la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), que admitió que la cifra real puede ser mucho más alta.
Este saldo de muertos y desaparecidos fue ofrecido este jueves con ocasión del décimo aniversario que se cumple mañana de la tragedia de Lampedusa, una de las más graves que se recuerdan, cuando solo sobrevivieron 28 de las entre 700 y 900 personas que viajaban hacinadas en una nave que naufragó en las cercanías de esa isla italiana.
Hace dos días, Unicef hizo su propio recuento de esta misma década y concluyó que casi 3.500 niñas, niños y adolescentes han muerto o desaparecido al intentar cruzar la ruta migratoria del Mediterráneo central hacia Italia. «Es como si durante una década, cada día un niño perdiera la vida», explicó entonces.
Unicef precisó entonces que siete de cada diez niños realizan este viaje sin un padre o tutor legal, lo que significa que la mayoría de los menores viajaban solos y solos murieron.
Muchos de los niños que intentan cruzar el Mediterráneo central huyen de la guerra, los conflictos, la violencia y la pobreza, causas que siguen alimentando la migración forzada y los empujan a buscar seguridad y oportunidades en otros lugares, indicó la agencia de la ONU para la Infancia.
El portavoz de la secretaría general de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo este jueves que en esta década se han conseguido progresos para responder a las peticiones de asilo y refugio, pero insistió en que se necesita mucho más para prevenir tragedias como la de Lampedusa y los arriesgados viajes en balsas y barcos irregulares por el Mediterráneo. JS