En su carta a la fiscalía, el jugador madridista aseguraba que en ningún momento se sintió amenazado por Gjorka, y añadía que el aficionado «no fue ni agresivo ni violento» en ningún momento.
Tras recibir la carta, la fiscalía ya retiró la semana pasada el cargo de «desorden público», pero mantiene de momento la acusación de «allanamiento de morada».
El abogado defensor, Richard Hujber, dijo hoy tras la vista judicial que seguirá negociando con la fiscalía para intentar que todos los cargos sean retiradas y evitar así el juicio contra su cliente.
Gjorka, de 20 años y nacionalidad albanesa y canadiense, reside en Estados Unidos con visado de estudiante, pero de ser declarado culpable su continuidad en el país podría complicarse.
El pasado viernes, en una entrevista con, Gjorka pidió perdón a los propietarios del Sun Life Stadium y al propio Ronaldo, y aseguró que nunca más volverá a repetir una acción de este tipo.