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A Putin le ha salido muy mal la aventura de Ucrania: pero no se saldrá con las manos vacías

Análisis de Alberto García Marrder- Especial para “Proceso Digital”.

La invasión rusa a Ucrania ya está entrando en su octava semana sin que el líder ruso, Vladimir Putin, pueda cantar victoria y a la espera de la ofensiva final decisiva para apoderarse de la zona del Donbás, en el este del país.

Su anunciado repliegue de la zona de Kiev no es más que una evidente derrota al no poder ocupar la capital de Ucrania. Y en su retirada, las tropas rusas están dejando en las poblaciones cercanas, como Bucha y Borodianka, evidencias de atrocidades y de posibles crímenes de guerra.

Sus tanques están empantanados en el lodazal (físico y moral), sin suministros logísticos, sus soldados desertando y sin haber podido ocupar una ciudad importante de Ucrania por la heroica y efectiva resistencia ucraniana.

Aun así, Putin tiene ya un posible botín de guerra: una eventual partición de Ucrania por la mitad al estilo de las dos Coreas y si logra apoderarse de la zona del Donbás, la más rica del país en minerales. Además, una intención clara sería la de crear un corredor terrestre que enlace el Donbás, en el este, con la zona de Crimea, en el sur, que ya controla desde el 2014.

El lider ruso Vladimir Putin. (Foto Presidencia de Rusia-Kremlin-RU.-Via Wilimedia).

Este es el desglose del botín que se llevaría Putin de Ucrania, además de haber sido calificado de ser un “criminal de guerra” por el presidente norteamericano, Joe Biden, quien también ha dicho que es un “genocidio” lo que hace Rusia en Ucrania.

1-En la región del Donbás, en el este del país, hay más de 500,000 toneladas de óxido de litio en su subsuelo, según la revista “American Scientific”, reservas que serían la mayor del mundo. El litio se usa para fabricar las baterías, las computadoras y los teléfonos móviles.

2- En Crimea (controlada por los rusos desde 2014), hay enormes campos de energía en alta mar.

3- Putin quiere cerrar la salida de Ucrania al mar. Si se apodera del importante puerto de Odessa en el sur, le cierra el paso al Mar Negro. Y ya casi le había cerrado hacia el mar de Azov, en el sureste.

4- Las provincias de Lugansk y Donetsk, en  el Donbás, (donde el ruso es la primera lengua), hay enormes campos de ”shale-gas” (hidrocarburos de esquisto).

5- La obsesión de Putin de que Ucrania no ingresara a la Alianza Atlántica OTAN y que permaneciera neutral como Finlandia, ya casi lo ha logrado y solo falta incluirlo por escrito, en un eventual acuerdo de paz.

Un tanque ruso se prepara para el ataque final y decisivo en el frente de la región del Donbas, en el este de Ucrania. (Foto Anadolu Agency- Via Getty Images).

Por ahora, Ucrania le ha asestado una humillación a la potencia rusa en una atrevida y audaz incursión militar en territorio ruso, a unos 40 kms de la frontera entre los dos países.

Dos helicópteros armados ucranianos Mi-24, “Hind”, (de fabricación rusa), volando a baja altura y de noche, atacaron con cohetes S-8 un depósito de combustible en Belgorod, en el noreste y cerca de la frontera entre los dos países, pero dentro de Rusia.

Ha sido la primera vez que fuerzas ucranianas atacan un objetivo importante en Rusia. Y este tiene una gran importancia porque puede afectar al suministro de combustible a los tanques rusos en el norte del país, los que ya sufren problemas de logística.

Es, además, una inyección de moral para los ucranianos que llevan seis semanas aguantando bombardeos rusos a diario y un éxodo de más de tres millones a Polonia y a Rumanía.

Dos helicopteros ucranianos Mi-24, de fabricación sovietica, hicieron una audaz incursión en territorio ruso. (Foto Wikimedia-Commons).

Muchos tanques rusos han sido abandonados en las carreteras por falta de combustible o por las deserciones frecuentes de sus soldados, hambrientos y con la moral muy baja. Por eso, Ucrania tiene ahora más tanques que los que tenía a principios de la invasión rusa.

Mapa de Ucrania, con detalles de las batallas entre fuerzas rusas y ucranianas. (Cartografía «El Mundo» de Madrid).

Putin es un enigma. Nadie sabe lo que realmente piensa y quiere de Ucrania.

Me ha gustado mucho un análisis publicado por el “The Washington Post” (mi diario de cabecera junto al “The New York Times”) y firmado por Paul Stone y Ellen Nakashima, que dice que el fracaso de Putin en Ucrania se debe mucho a su “arrogancia y a su aislamiento”. Y que nadie en su reducido entorno de asesores se atreve a decirle lo que en realidad sucede en Ucrania, por temor a llevarle la contraria.

Estos son algunos de los rasgos que se le atribuyen: unos ojos impenetrables, autoritario, narcisista, vengativo, pendenciero, resentido, no le gustan que le contradigan ni que le den malas noticias y acomplejado por ser bajito. Requiere absoluta lealtad y no tiene ninguna piedad de los disidentes rusos a los que él llama como “ratas traidoras”.

Ve como enemigo número uno a Estados Unidos y sueña con volver a resucitar lo que fue la Unión Soviética, cuya disolución en 1991 lo considera cómo ”la  mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.

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