Quito.– Un preso de la cárcel ecuatoriana de Machala fue asesinado durante una pelea entre reclusos, según informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), la oficina del Gobierno encargada del control y administración de las cárceles de Ecuador.
El hecho ocurrió en la tarde del domingo y, según testigos reportados por medios locales, llegaron a escucharse más de catorce disparos.
Una vez se activó el protocolo de seguridad, los guardias del centro, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas «lograron contener la situación» y «restablecer el orden», a la par que «se reforzaron las medidas preventivas para garantizar la integridad de la población penitenciaria y del personal». informó el SNAI.
Después, las unidades de Criminalística y la Fiscalía llegaron al lugar de los hechos para empezar diligencias y determinar «las causas y los responsables del hecho».
Cárceles, epicentro de violencia criminal
La cárcel de Machala, capital de la sureña provincia costera de El Oro, fronteriza con Perú, es escenario de recurrentes episodios violentos que son parte de la crisis de seguridad que afecta al país y que lo lleva a situarse a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios.
Según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 591 personas murieron a causa de la violencia intracarcelaria entre 2020 y 2024, la mayoría en una serie de masacres que, en el peor de los episodios, acabaron con la vida de 123 reclusos de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, en un solo evento en 2021.
Por ese motivo, el actual presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ordenó la militarización de las principales cárceles del país como parte de la declaración de «guerra» vigente desde inicios de 2024 contra las bandas del crimen organizado, con el objetivo de contrarrestar la escalada de violencia.
Los guardias piden más recursos
El pasado 8 de abril, decenas de guardias de seguridad de centros penitenciarios se manifestaron en el centro de Quito para reclamar más medidas de protección y autodefensa en sus puestos de trabajo.
Apenas una semana antes, cinco guardias de seguridad fueron asesinados en menos de 12 horas en una prisión de Portoviejo, ubicada en la provincia costera de Manabí.
William Alarcón, uno de los guías penitenciarios que acudió a la marcha, declaró a EFE la necesidad de adquirir «equipos de protección balística, uniformes, pertrechos y obviamente armamento». También pidió investigar «de manera eficaz las muertes de los compañeros». EFE/ir
