Por Alberto García Marrder, desde Madrid
Para Proceso Digital , La Tribuna y El País de Honduras
La reciente muerte del peruano Mario Vargas Llosa nos obliga a hacernos la siguiente pregunta: el hecho que primero fuera primero periodista antes que escritor fue esencial para lograr el Premio Nobel de Literatura? Y otra pregunta vinculada: Si no hubiera sido periodista, ¿ hubiera escrito esas fascinantes novelas?
Contesto, como periodista interesado, si a mi primera pregunta y un “tal vez” a la segunda.
A los 16 años comenzó en el diario “La Crónica” de Lima, como un aprendiz de la nota roja y luego después una larga carrera periodística por casi 70 años en varios periódicos y emisoras de radio en París, Londres (donde lo conocí y entrevisté) hasta llegar a su celebre columna “Piedra de Toque” en el diario madrileño “El País”.
Estaba fuera del Perú, pero seguía escribiendo sobre su país cuando en su tercera novela “Conversaciones en La Catedral”, se preguntaba “¿En que momento se jodio Perú”?… en plena dictadura de Manuel Odria
Su instinto olfato periodístico le llevo a estar en Cuba en plena crisis de los misiles soviéticos, donde un inicial encariñamiento con la revolución de Fidel Castro, lo llevó eventualmente a una decepción.
A estar en Palestina para contar la lucha palestina y en Londres para ver con sus propios ojos que si era verdad eso de una “Primera Dama de Hierro”, en relación a la Primera Ministra britanica, Margaret Thatcher.
Y en los ratos libre que le dejaba el periodismo en la BBC o la ORTF (donde estuve un año becado), seguía leyendo a los clásicos franceses en el idioma francés, en el francés que había aprendido en su estancia en París.
Resumiendo, en el principio fue el periodismo, el de ver,escuchar y contar…una profesión que le cautivaba

Y después la de escritor de sus vivencias personales con la técnica periodística aprendida en cerca de 70 años, comenzando con la “La Ciudad y los Perros” y graduándose con “Conversaciones en La Catedral» y “La Fiesta del Chivo”, que considero la mejor de sus obras, al mezclar la ficción con la realidad ( el asesinato del dictador dominicano Rafel Leónidas Trujillo)
Sobre ese tema, el periodista internacional Bernard Diederich acusó en Santo Domingo a Vargas Llosa de haber plagiado su libro “La Muerte del Chivo”, de 1978 y de haber copiado unas estrofas del merengue “Mataron al Chivo”, cuya patente dice tener.
Yo aprovecho una visita a Miami del escritor (donde entonces era yo corresponsal de la Agencia EFE) para preguntarle sobre esa acusación de plagio y me contesto que eran “absurdas” y las negó tajantemente.
“Mi libro es una novela, no libro histórico y he utilizado los datos que están en los archivos dominicanos para ambientarla. Es completamente absurdo que un dato histórico se convierta en derecho de propiedad de un autor”, me dijo
Con el colombiano Gabriel García Márquez (también de comienzos de periodista antes de su magistral “Cien Años de Soledad) formaron parte del “boom” literario de América Latina de los años setenta y ochenta.

Es fácil de explicar la vida literaria de Vargas Losa, pero difícil de escribir sobre su turbulenta vida amorosa: casado con su tia Julia, mayor que el y su prima, Patricia, cuando ella era menor de edad. Y su relación inexplicable de siete años con la “Reina de la prensa del Corazón” en España, Isabel Presley, ex esposa del cantante Julio Iglesias.
“A ver quien podrá alardear de tener en la cama a todo un Premio Nobel”, bien podría jactarse Presley con sus amigas.