Madrid – La crisis climática es un hecho pero sus consecuencias aún son inciertas. Hoy, un estudio advierte de que el retroceso del hielo marino en el Mar de Bering, causado por el reciente aumento de las temperaturas, no tiene precedentes en 5.500 años; un calentamiento que, además, está afectando también a las corrientes atmosféricas y oceánicas.
El estudio, liderado por científicos de la Universidad de Alaska en Fairbanks (UAF) y publicado en la revista Science Advances, se ha centrado en la remota isla de San Mateo (Saint Matthew) situada en el Mar de Bering, entre Alaska (Estados Unidos) y Siberia (Rusia).
Los científicos han analizado la composición química del núcleo de una muestra de turba de la isla para saber qué ha pasado en esa región en los últimos 5.500 años y estimar cómo ha evolucionado el hielo marino de la región en ese tiempo.
«San Mateo es una pequeña isla en el medio del Mar de Bering que, esencialmente, ha registrado todo lo que está sucediendo en el océano y en la atmósfera a su alrededor», explica la geóloga y autora principal del trabajo, Miriam Jones, quien trabajó como investigadora en la Universidad de Alaska en 2012, al comienzo del estudio.
El registro antiguo del hielo marino se puede ver en las cantidades relativas de dos isótopos del elemento oxígeno, el oxígeno-16 y el oxígeno-18. La proporción de ambos isótopos cambia dependiendo de los patrones en la atmósfera y el océano, reflejando las diferentes firmas que la precipitación tiene alrededor del globo.
Así, más oxígeno-18 hace que la precipitación sea isotópicamente «más pesada», y más oxígeno-16 hace que la precipitación sea «más ligera», detalla el estudio.
Al analizar los datos atmosféricos de la isla usando la firma isotópica de la precipitación, los investigadores encontraron que la precipitación más pesada se originó en el Pacífico Norte, mientras que la más ligera se originó en el Ártico.
El estudio precisa que una proporción «pesada» muestra un patrón estacional que hace que la cantidad de hielo marino disminuya, mientras que una proporción «ligera» indica una estación con más hielo marino, una información que las imágenes de satélite vienen confirmando desde 1979.
Tras el análisis de isótopos en las capas de turba, la investigación concluye que las condiciones de hielo modernas «están en niveles notablemente bajos».
«Lo que hemos visto más recientemente no tiene precedentes en los últimos 5.500 años», avisa el director de la Instalación de Isótopos Estables de Alaska y colaborador del estudio, Matthew Wooller.
Además, el estudio ha confirmado que las reducciones en el hielo del Mar de Bering no solo se deben al aumento de temperaturas provocado por el calentamiento global, sino también a los cambios registrados en las corrientes atmosféricas y oceánicas, que también se están alterando por el cambio climático, y que «juegan un papel más importante en la presencia de hielo marino», adelanta Jones.
«Lo que está sucediendo es mucho más que un simple calentamiento de las temperaturas. Estamos viendo un cambio en los patrones de circulación tanto en el océano como en la atmósfera», subraya.