Tegucigalpa – Supo que podía ser el último día de su vida, pero su convicción y sus principios se antepusieron, sacó la casta y la integridad que marcan su vida, él es el policía Cristian Nolasco.
El periodista Nery Arteaga le realizó una entrevista radial y sus declaraciones fueron valiosas. Proceso Digital tomó lo más importante de este diálogo para trasladarlo a sus lectores.
El comisario Cristian Nolasco es el jefe policial del departamento de Olancho, enfrentó a una veintena de hombres armados que custodiaban a miembros de la familia Amador, en el centro del casco histórico de Catacamas, justo frente a la Iglesia Católica donde velaban el cuerpo de un hombre que había sido asesinado en Cuyamel y a quien los protagonistas de esta historia acompañaban.
En el mismo perímetro también queda ubicada la Municipalidad y una posta policial, pero ni la institucionalidad ni la iglesia merecieron el respeto de estos hombres que usando armas pesadas de largo alcance se pavoneaban por las calles en un ambiente de zozobra que estremecía a los habitantes catacamenses.
Cristian Nolasco ni siquiera había desayunado, estaba en plena faena de patrullaje cuando recibió la alerta del contingente de hombres armados que desafiaban a la autoridad, tras pedir a los patrulleros que acudieran al sitio, él mismo decidió presentarse al lugar para verificar in situ el cumplimiento de su decisión. En el camino se encontró a un compañero y compañera a quienes subió a su vehículo para que lo acompañaran.
Llegó al lugar donde desafío a la muerte tras recibir amenazas directas del contingente de hombres armados que se negaban a ser revisados y a deponer su armamento frente al comisario al que calificaban de irrespetuoso.
Nolasco relató que la decisión que tomó de grabar el video fue porque segundos antes estuvo a punto de perder la vida, ya que se confrontó con uno de los tipos que le quiso quitar su fusil, por lo que para defenderse no le quedó más opción que inmortalizar el suceso.
“Al verme decidido y que lo estaba grabando, el hombre volvió de desenfundar el arma frente a la iglesia donde habían muchas personas armadas, en ese momento instruí a las otras personas que andaban conmigo que le quitarán el arma y aprovecharan a encañonarlo bien y listo para disparar, con mis técnicas y adiestramiento policial gané y logré quitarle el fusil, fue así que llegaron los otros compinches, y cuando yo dije –Dios mío casi me quitan la vida si hubiese querido me mata- si me quita el fusil y me mata con el mismo fusil si no lo hubiese tenido protegido con un quita fusil, ahí tuve miedo interno no externo”, detalló.
(VIDEO) No es el Oeste, esto ocurrió en Catacamas, Olancho
Dijo que al estar apuntando con el arma al sujeto, éste le pedía a su compañera que solicitara refuerzos porque él no podía ni hablar por radio ya que estaba enfocado en su arma y en el enemigo.
Afirmó que uno de los sujetos le dijo que si amaba su vida y la de su familia que se perdiera del lugar, ellos trataron de amedrentarme, “yo dije quién me va a creer los segundos que acabo de pasar, van a creer que es show y gracias a Dios estamos preparados académicamente y anímicamente” , contó.
Recordó que estuvo seis años en DPI y pensaron que sólo servía para hablar, ya que cuando uno ha sido vocero policial lo tildan como un policía showsero.
Relató que uno de los sujetos que vestía camisa negra daba la impresión que tenía adiestramiento militar, se miraba molesto y no disparó porque yo puse el arma apuntando a su cuerpo y él tipo quedó burlado.
Reconoció de su teléfono celular le fue de mucha ayuda en ese momento para salvar su vida por eso decidió grabar el incidente, “ese muchacho no quería que le grabaran su rostro, él pensaba que andaba un teléfono cualquiera y no, en ese se escucha todo lo que estoy hablando y las instrucciones, en su momento el hombre quiere negociar, se puso berraco, loco, no sé si andaban drogados porque tenían 48 horas velando a una persona que habían asesinado en Cuyamel”.
Nolasco indicó que él es jefe de cinco municipios que son altamente conflictivos entre ellos Gualaco, San Esteban, Catacamas, Dulce Nombre de Culmí y Santa María del Real.
“Cuando uno es jefe, líder de cualquier situación, uno decide si delegar algún tipo de situación o uno mismo las ejecuta, fue así que me llamaron y me dicen que hay 50 hombres que tenían bloqueada la calle, rodeando la municipalidad y la iglesia y cerca está una posta policial, no es cualquier lugar donde estábamos parados”, describió.
Adicionó que había dado instrucciones que se movieran del lugar y se trasladaran hacia la zona denunciada, pero nadie se encontraba en el sector, “por lo que tomé la decisión de ir yo, sin saber que eran miembros de la familia Amador, no los conocía, ni me interesaba conocerlos, pero fue hasta después que dijeron que eran ellos”, comentó.
Confesó que estas personas estaban dentro de la iglesia armados, eso es prohibido, todo lo que estaban haciendo era ilegal.
Aseguró que su intención no era mostrar los videos, pero al ver que ellos subieron unos mostrando una versión falsa y amenazando que se les había faltado el respeto, él decidió dar a conocer la verdad de lo sucedido aquel jueves 28 de noviembre, donde también fueron amenazados los periodistas a quienes les advirtieron que monitorearían los reportes de prensa.
“Además, fue la Policía la que les brindó seguridad en el entierro porque teníamos información que se realizaría una masacre en la zona, el ataque criminal iba ser contra los hechores de los que mataron al que estaban enterrando, yo ya fuera difunto, pero me mandaron apoyo para poder resguardar los municipios”, sostuvo.
Reiteró que nunca le quitaron el arma, fue un intento, sin embargo, él sí le quitó el arma y fue neutralizado, por lo que estaba molestó porque los demás hombres lo iban a molestar porque se dejó quitar el arma de una fuente policial.
Interrumpió su relato para comentarle al periodista Arteaga que, en ese momento en que daba su entrevista vía teléfono, un niño se le acercó y le dijo que él era su héroe. La satisfacción se notó en la voz del policía.
“Hacer justicia aunque el mundo perezca”, dice el monograma que utilizó cuando sacó sus cursos policiales, dijo al tiempo que recordó que la academia también le enseñó otra palabra “vencer o morir”, es un lema que siendo policía nunca debe de perder haciendo lo correcto.
Indicó que esa gente estaba llamando refuerzos, “si yo detengo a alguien nos quitan la vida a todos, era un ejército de personas armadas, pero tuvieron miedo de mi valentía, ellos llamaron a fiscales, a militares y hasta el papá de los Amador me llamó y yo le dije que les dijera que tenían que respetar la ley, que no podían estar dentro de una iglesia armados, que llamara al orden”.
Asistió que un policía debe de vivir con integridad, sin recibir dinero bajo la mesa.
Puntualizó su relato asegurando que cuenta con el apoyo de la cúpula policial y de los 21 mil policías que conforman la institución. IR