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Cultura de permisividad perpetúa corrupción en Honduras, Guatemala y El Salvador

Tegucigalpa – Un estudio elaborado por el Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), en colaboración con Cristosal de El Salvador y Acción Ciudadana de Guatemala, revela cómo la corrupción ha penetrado profundamente en todos los niveles de gobierno y sectores estratégicos, desde la administración pública hasta el narcotráfico, consolidando una cultura de permisividad que perpetúa este fenómeno.

El trabajo “33 años de Corrupción en el Triángulo Norte de Centroamérica: Acciones que Vienen”, presenta un análisis exhaustivo del impacto y las dinámicas de la corrupción en Honduras, Guatemala y El Salvador entre 1990 y 2023.

El informe, que forma para de los esfuerzos del Centro contra la Corrupción y la Impunidad en el Norte de Centroamérica (CCINOC), expone el costo económico, político y social de la corrupción y presenta propuestas concretas para avanzar hacia sistemas de gobernanza más transparentes y justos.

Pérdidas millonarias

Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es el costo económico de la corrupción. En Honduras, siete casos emblemáticos representan una pérdida de 3,500 millones de dólares, fondos que podrían haber sido destinados a mejorar servicios públicos esenciales como la salud, la educación y la infraestructura.

Este patrón se repite en Guatemala y El Salvador, donde los recursos públicos se han desviado sistemáticamente en detrimento del bienestar ciudadano.

El informe resalta que la corrupción no solo se ha normalizado en las dinámicas sociales y políticas, sino que también se ha integrado en el sistema democrático de los tres países.

Esta cultura de permisividad refuerza la impunidad y dificulta la implementación de reformas efectivas.

La aceptación social de las prácticas corruptas limita la capacidad de la ciudadanía para exigir transparencia y rendición de cuentas.

El narcotráfico emerge como un actor clave en la dinámica de la corrupción. Las redes criminales han infiltrado instituciones públicas y han financiado campañas políticas, minando la democracia y reforzando el control de sectores oscuros sobre los recursos del Estado.

Esta conexión entre corrupción y crimen organizado agrava la crisis de confianza en las instituciones gubernamentales.

Misiones externas

El análisis incluye una evaluación de las misiones internacionales contra la corrupción, como la CICIES en El Salvador, la CICIG en Guatemala y la MACCIH en Honduras.

Estas instancias marcaron un antes y un después en la lucha contra la impunidad, logrando avances significativos en la judicialización de casos y el fortalecimiento de capacidades locales.

Sin embargo, su salida abrupta, motivada por intereses políticos, dejó un vacío que expuso la fragilidad de las instituciones locales para continuar su labor.

El estudio identifica patrones en el comportamiento de la corrupción, incluyendo: Manipulación de contratos públicos y presupuestos nacionales. Captura del sistema judicial para garantizar impunidad. Financiamiento irregular de campañas políticas, muchas veces con fondos ilícitos.

Desde las organizaciones miembros del CCINOC se plantearon  recomendaciones como la promoción para establecer un organismo internacional dedicado a la lucha contra la corrupción en el Triángulo Norte de Centroamérica.

Asimismo sugiere implementar sistemas patrimoniales públicos que incluyan a familiares de funcionarios públicos, para prevenir el enriquecimiento ilícito, así como para proteger a las entidades anticorrupción de la interferencia política.

También recomienda empoderar a la sociedad civil para exigir rendición de cuentas y participar activamente en la toma de decisiones. 

“Con una ciudadanía organizada, instituciones fortalecidas y un esfuerzo colectivo entre actores locales e internacionales, es posible desmantelar la cultura de permisividad que ha caracterizado a la región durante más de tres décadas”, cita la nota de prensa del Fosdeh. VC 

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