Una verdad monda y lironda.

Dr. Ignacio Alonzo

El título de este artículo está inspirado en esta frase: “monda y lironda” que la (RAE) define como: “algo que es así como es, sin ponerle ni quitarle”, así mismo es la realidad que afrontamos los ocho mil millones de seres humanos que habitamos este Planeta, que ha sido inmensamente destruido, mal administrado y sojuzgado de manera irracional. No podemos contar esta historia más que señalando la verdad, lo triste y deprimente en que se ha convertido nuestro hábitat y el desequilibrio que le hemos provocado nosotros mismos, desde los países más ricos, hasta los más vulnerables.

El tema del calentamiento global ha resultado “una verdad incómoda” como el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, quien lo dejó plasmado en un libro y documental a la vez. Resulta incómoda esta verdad, por la indolencia de las potencias mundiales responsables de la mayor destrucción del Planeta Tierra, pero a la vez, de nosotros los países pobres que ya sea por los niveles bajos educativos o de concienciación. En esta materia existen entre nosotros, volviéndonos los más vulnerables y los más perdedores de vidas humanas, infraestructura y el aparecimiento de enfermedades, expuestos a epidemias que matan a nuestros niños y personas en edad adulta, y porque no decir, que perecen los que se ven fuertes también.

El calentamiento global, pasa por tres elementos fundamentales como ser: Pérdida de biodiversidad, la Contaminación y el excesivo aumento de la temperatura, esta última, la hemos sufrido en carne propia en todo el Planeta, de hecho, cuando vemos los pronósticos, nos damos cuenta que no bajan, sino que sufren un incremento notable, dejando muerte, problemas bronquiales en todas las personas sean niños o adultos.

Se han celebrado 29 COPs, (Conferencias Mundiales sobre el Cambio Climático), desde la primera llevada a cabo en 1995, aunque su creación data de 1992, según datos de las Naciones Unidas, los esfuerzos han sido enormes, más los resultados no muchos, de tal manera, que se han celebrado en Asia, África, América y Europa. Por cierto, que ya están agendadas la de este año, 2024, que será en Baku, Azerbaiyan y en Belem, Brasil para el 2025. La última Conferencia sobre el cambio climático se celebró en Dubai en el año 2023, en esa cumbre se estableció la necesidad de al menos respetar los siguientes acuerdos:Dejar los combustibles fósiles, Duplicar la eficiencia energética, Triplicar las fuentes de energía renovable. Desde Honduras, y con la ayuda de países cooperantes se hacen esfuerzos con la participación interinstitucional, cabe señalar la iniciativa de (ENACE-HONDURAS), que propone elementos muy interesantes a efecto de lograr un empoderamiento de cada uno de los ciudadanos de Honduras en lo que respecta del cambio climático, elementos que se pueden lograr y potenciar desde el compromiso de arriba hacia abajo y viceversa, entre otras estrategias: Educación formal e informal. Sensibilización social, Formación, Transición justa, Acceso a la información, Cooperación internacional.

Hay un dato sumamente interesante como el que registra (National Geographic,España, 2024), “el 21 de julio fue el día más caluroso desde 1940”. Lo anterior, es solo el comienzo de una oleada de calor y cambios inesperados del clima, impredecible por lo que se señaló arriba en este escrito, que obedece estrictamente a causas provocadas por el calentamiento global, que en algunas opiniones lo venden como algo cíclico, lo cierto es que, los descuidos, abusos, desastres ecológicos y niveles de contaminación agudizan aún más la situación insoportable de poder vivir en un medio ambiente agradable y amigable para los habitantes del Planeta Tierra.

Tal vez pueda sonar raro pero hay más de 50 millones de seres humanos ubicados en la categoría de “exilados climáticos” (Kliksberg, 2022). Lo que significa que ya no es por guerras, o conflictos políticos, sino que es por lo insoportable de los lugares, pues desde 1880, cuando se comenzó a medir la temperatura, ya no es respetable ningún lugar por muy helado o cálido que históricamente se conoció, por decir La Siberia 70 grados bajo cero, la temperatura más baja, o el otro extremo, que es el desierto de Lut, en Iran, y el Valle de La Muerte, en EUA, en donde se han experimentado hasta los 80 grados centígrados. En definitiva, se han roto los ciclos y así como el cambio es lo permanente que tenemos, el cambio climático es lo más permanente y posible con que contamos en estos días y años por venir.

Según el (ICDP, 2023), a Honduras se le hacen un abanico de recomendaciones, obviamente, mediante el concurso del Banco Mundial, que es el organismo internacional responsable de estos estudios, o diagnósticos, derecho que adquieren en señalar aspectos sumamente importantes: A continuación recomiendan: políticas sostenibles, tendentes a mejorar las condiciones de los pobres y más vulnerables, pueblos originarios, afrodescendientes, las mujeres que son las más afectadas por el fenómeno del cambio climático, los niños en edad escolar que van desde los recién nacidos hasta los 18 años. Además, generar empleos y reducir las emisiones de carbono, en adición, a lo anterior, inclusión social, técnicas amables en el sector agrícola, protección de los sistemas forestales, generar programas de mitigación previniendo los desastres naturales, hacer alianzas públicas-privadas que evidencien el interés como esa responsabilidad social empresarial tan necesaria para favorecer a los ciudadanos de Honduras, implementar y fomentar empleos incentivando las inversiones y alcanzar mejores estrategias para educar a la población, sobre lo que experimenta la humanidad completa, siendo los más pobres, los perdedores de siempre.

Cómo un epílogo interminable en este tema del cambio climático, la reflexión final, tiene que ser lo más monda y lironda esta verdad que nos confronta con el terrible desequilibrio y desastre natural mundial, que hemos ocasionado y los millones de vidas humanas que han muerto por los alcances de lo que llamamos “progreso y desarrollo”, no nos ha importado, nada, ni el presente, ni el futuro de los habitantes del Planeta Tierra, por más que hablemos y por más conferencias y reuniones y preocupaciones mundiales, se trata más bien, de una ACTITUD, de consideración por los demás que lo único que necesitan es agua pura y oxígeno limpio, para prolongar la vida humana, de lo contrario, nos iremos muriendo lenta y aceleradamente, según sea la educación, conciencia y compromiso que asumamos desde los gobiernos de poderosos y pobres, organismos internacionales, los ministerios de Educación enfilados con estrategias serias y dirigidas a directivos, docentes, educandos y padres de familia, en fin a todos aquellos que habitamos este noble, caro, y bello lugar, en donde hay todavía aún paisajes y espacios naturales, donde se puede vivir, pero, no así otros, que ya se volvieron inhóspitos y groseros porque nosotros mismos los convertimos en eso.

Esta es una verdad monda y lironda.

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