Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, La Tribuna, El País y Contexto de Honduras
Donald Trump, el más que posible candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, no se cansa de decir que le gustaría ser como el ex presidente Ronald Reagan (1981-1989).
Creo que a Reagan (quien murió en el 2004, después de sufrir del Alzheimer ) no miraría ese sentimiento como un halago si supiera cómo fue el primer mandato presidencial de Trump ( 2017-2021) o peor aún, lo que podría ser el segundo, si gana las elecciones de noviembre y regresa a la Casa Blanca.
En pocas palabras, Donald Trump no es un segundo Ronald Reagan ni podrá serlo. Y sé lo que hablo y escribo.
En 1988, cuando yo era “Bureau Chief” de la Agencia española de noticias EFE en Washington, entrevisté, a solas, a Reagan en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Ese día, el hombre más poderoso del mundo trataba de tranquilizar a un nervioso periodista contándole como todavía guarda con emoción su visita al Cuartel Alcázar de Toledo (España) y el relato del General José Moscardó durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Este se había alzado contra el gobierno republicano y mantenían como rehén a su hijo Luis.
Y con esa voz de ex actor de Hollywood, como fue, Reagan, me entona la famosa frase del padre al hijo: “Si es verdad que te van a fusilar, encomienda tu alma a Dios, da un viva a Cristo Rey y España, y serás un héroe que muera por ella… adiós hijo mío, un beso muy fuerte”. Y el hijo, el joven Luis, le contesta: “Así lo haré papá”.
Conocía muy bien ese relato, pero tanto el presidente como yo estábamos emocionados al recordarlo. Y ahora, en el 2024, pienso que un narcisista Donald Trump no es capaz de hacerlo. Ni de emocionarse.
(Luis Moscardó fue eventualmente fusilado).
No hubo tiempo en esa entrevista de preguntarle al presidente de un capítulo oscuro de su presidencia: El escándalo del Irán- Contras nicaragüenses. Por el que el gobierno de Reagan vendió armas a Irán, lo que estaba prohibido en 1985 y 1986, para financiar a los grupos “Contras”, desde Honduras, para derrocar al gobierno nicaragüense sandinista.
Trump pregona ahora que podría terminar «en menos de 24 horas» la guerra de Ucrania.
Y ya sospechamos como: reconociendo la ocupación rusa del Donbas, la región este del país… para complacer a su “amigo” Vladimir Putin. Y terminar los envíos de armas norteamericanas a Ucrania, como le piden los congresistas republicanos.
Y a pesar que es ya un “delincuente” declarado culpable por un tribunal de Nueva York y será sentenciado este 11 de julio, Trump todavía podrá ser un candidato presidencial y regresar a la Casa Blanca si es elegido el 5 de noviembre.
Pero sería bueno que no piense en ser un Ronald Reagan. Son dos mundos aparte. Y este no tiene en su historial, como ahora Trump, haber pagado como soborno a una actriz porno, “Stormy Daniels” unos 130,000 dólares para quedarse callada de una relación sexual que podría entorpecer sus aspiraciones presidenciales en el 2017.
NOTA: Gracias a la colaboración del historiador hondureño Mario Argueta.