JOH y el CNA

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. En los años recientes, el crimen organizado y el narcotráfico han dejado secuelas imborrables en las familias, que impactan en la calidad de vida y generan éxodos masivos.

Durante los dos periodos presidenciales anteriores, las denuncias por corrupción que salpicó a casi toda la institucionalidad fueron el pan de cada día en los órganos persecutores del delito.

Si hay una instancia de sociedad civil que, a través del estudio, investigación, denuncia y combate frontal a la corrupción, ha sumado esfuerzo para que hoy en día el expresidente Juan Orlando Hernández esté extraditado en calidad de procesado en la Corte de Nueva York y cuyo juicio iniciará este próximo 05 de febrero, es -sin duda- el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA).

Además de los señalamientos y denuncias durante su gestión y en todos los Poderes e instituciones que controlaba, evidenció en espacios nacionales e internacionales el control total del Estado por parte del exmandatario.

En el primer Foro Internacional desarrollado en Washington, D.C., Estados Unidos, (2021), el CNA reveló «El Mecanismo de corrupción en Honduras», encabezado por el expresidente Hernández, y señaló cómo usó el poder político para sustraer fondos públicos y vincularse con el narcotráfico junto a su hermano, el exdiputado Juan Antonio Hernández (que está pagando condena de por vida).

Posteriormente, en un segundo Foro Internacional desarrollado también en la ciudad de Washington, (2022), el CNA expuso «Las estructuras criminales detrás de la captura del Estado», mencionando la cooptación institucional por parte del expresidente Hernández, en contubernio con quienes en ese entonces dirigían el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia, entre otras instituciones.

Ante el histórico pedido de extradición por la Corte de Nueva York, el CNA publicó el informe: «La caída de un expresidente», un análisis cronológico que expuso, desde una perspectiva académica y jurídica, los hechos sobre la presunta participación delictiva de Hernández y su pedido en extradición.

Como material complementario, y respondiendo a la necesidad de documentar este proceso que ponía en los hondureños la esperanza de una pronta justicia luego de 12 años de corrupción galopante, también se produjo una miniserie documental de tres capítulos: «El Origen», «La Asunción» y «La Caída».

Todo lo anterior es un registro histórico que pocas organizaciones se atrevieron a hacer y, mucho menos, hablar, y que sirve de referencia para actuales y futuros liderazgos políticos sobre que -aunque a veces sea tardía o aplicada fuera del país- la justicia siempre llega.

Sin duda, estamos ante un acontecimiento que marcará un hito en la historia social, política e institucional, que es aleccionadora no solo para la clase política hondureña, sino mundial.

Sin embargo, aún con los informes y todo el sustento probatorio que acompañó cada denuncia, desde el actual gobierno se atreven a decir que el CNA guardó un «silencio cómplice» durante los años marcados por la narcodictadura, mostrando su malintencionada o corta memoria y demeritando el rol de esta instancia de sociedad civil, cuya beligerancia sí reconoce la ciudadanía. Con una simple búsqueda en Google, se desvirtúa la narrativa oficialista sobre el dichoso silencio cómplice.

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