Tegucigalpa – Centroamérica dejó atrás sus sangrientas guerras civiles que la devastaron durante varias décadas de finales del siglo pasado y que dejaron más de 100 mil muertos, pero sus ejércitos han encontrado en la lucha contra el narcotráfico y en el combate a las temibles maras o pandillas, un nuevo quehacer fundamental y con ello los argumentos para poder rearmarse.
-La región se ve abocada a la compra de equipo militar de guerra para la lucha contra el narcotráfico.
– Equilibrio militar en Centroamérica, destacan expertos en la materia.
Esta nueva faceta ha llevado a que los cuerpos militares de la región iniciaran un proceso de adquisición de armamento que les permita cumplir con las nuevas misiones asignadas.
Nicaragua dispone de dos corbetas que le permiten un poder de fuego en el mar Caribe, Honduras busca incrementar su fortaleza naval con una nave que se construye en Israel, mientras Guatemala anunció la compra de dos aeronaves de entrenamiento y ataque ligero de guerra que le permitan controlar sus espacios aéreos, así como de un buque oceánico que construye Colombia y es similar al que compró Honduras hace un par de años.
Hace unos cuantos años El Salvador se hizo de una flota de aeronaves A-37 Dragonfly que adquirió de Chile.
Balance militar
Pero de acuerdo con los expertos en defensa, la región cuenta con un razonable balance militar.
El Índice Global de Fuego (Global Firepower Index, GFP, por sus siglas en inglés), la biblia en materia de estimar y verificar el poder militar de las naciones del mundo destacó que Centroamérica tiene un equilibrio razonable.
El GFP del 2019, en la que se evaluaron los ejércitos de 137 naciones, concede a Guatemala el primer lugar de combate en Centroamérica ubicándolo en la posición 101, un avance de tres posiciones en relación con el 2018 cuando estaba en el puesto 103.
Por su lado Honduras es ubicada en el segundo lugar en el puesto global 111, un peldaño más que el año pasado cuando ocupó el sitio 112. Este 2019 se analizaron 137 países y el 2018 fueron 136 naciones evaluadas.
Nicaragua avanza
Nicaragua fue ubicada en la posición 117 este año, un avance de cinco posiciones en relación con el 2018 cuando estaba en el puesto 122. Aunque en la evaluación del poder militar nicaragüense no se incluyeron las dos corbetas incorporadas el mes pasado, ni la dotación de casi 500 misiles Sam-7 con que cuenta el país vecino y que le fueron proporcionados por la desaparecida Unión Soviética el siglo pasado, para poder hacer frente a los aviones de combate F-5E que Estados Unidos proporcionó a Honduras en los años 80.
El Salvador fue ubicado en la posición 131, tanto el presente año como el 2018, mientras Panamá registró una caída ya que este año quedó en el puesto 133, una baja de cinco posiciones en relación con el 133 ocupado el año pasado.
“El equilibrio de poder cambia regularmente en Centroamérica”, escribieron los autores del ranking global sobre el poder de fuego de las principales fuerzas armadas del mundo, la que como siempre es encabezada por Estados Unidos, seguido por Rusia y China que ocupa el tercer lugar.
El balance del GPF se enfoca en el número de efectivos militares activos y en reserva, naves aéreas de combate y ataque, así como transporte, tanques de ataque, piezas de artillería y poderío naval.
Igualmente evalúa la economía de las naciones, producto interno bruto (aunque utiliza la medición de poder paridad de compra, PPP por sus siglas en inglés), el consumo de combustibles y si produce petróleo.
No hay desbalance
El analista en temas de defensa, el general retirado Luis Alonso Maldonado Galeas, destaca que “no veo un desbalance entre los ejércitos” de la región.
El general Maldonado Galeas dijo a Proceso Digital que actualmente los países se están enfocando en el tema marítimo porque tienen mucho territorio y deben protegerlo del uso que hacen los narcotraficantes.
El analista dijo en relación a las dos naves que Nicaragua puso en uso estos días, que cada país adopta la política de adquisición de equipos de defensa de acuerdo a sus intereses y en la necesidad de proteger sus objetivos nacionales.
El general Maldonado Galeas dijo que Nicaragua debe proteger una buena porción de sus territorios marítimos e igual debe hacer Honduras que tiene casi el doble de territorio marino que terrestre.
Indicó que las naciones del área deben proteger sus espacios marítimos del narcotráfico, de la extracción de los recursos marinos, así como en el caso de Honduras su riqueza natural como el bosque coralino en el Caribe.
El analista dijo que Honduras debe incrementar capacidades en el Golfo de Fonseca, así como en el Océano Pacífico.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, general René Ponce, dijo que la adquisición y puesta en operación de dos corbetas por parte de Nicaragua era una muestra de profesionalización.
Dijo que en la Conferencia de las Fuerzas Armadas de Centroamérica (CFAC) se aborda esta situación.
Guatemala a la compra de aviones
El gobierno guatemalteco compró dos aviones con los cuales buscan renovar su envejecida flota que data de los años 60 del siglo pasado.
La firma de la compra de las aeronaves se realizó en el marco de la visita que hizo la semana pasada el presidente Jimmy Morales a su anfitrión argentino, Mauricio Macri.
Fue el propio Macri quien anunció vía Twitter la venta de los dos aviones Pampa III.
Ambas aeronaves son consideradas de entrenamiento, pero igualmente pueden ser utilizadas en el combate al narcotráfico, como dijo el coronel Pérez a la prensa de su país.
La compra ha desatado las críticas de la clase política opositora, especialmente de los candidatos presidenciales Sandra Torres y Alejandro Giammattei, quienes señalaron que realizarán observaciones si llegan al poder.
Igualmente, parte de la sociedad civil criticó el gasto de casi 28 millones de dólares que realizará el ejército guatemalteco para dotarse de las aeronaves.
El ministro de Defensa de Guatemala, Luis Miguel Ralda, dijo que la compra de las aeronaves no es un capricho, sino un requerimiento de la institución para poder hacer su trabajo de interceptar a las aeronaves que ingresan con droga al espacio aéreo y no pueden interceptarlas con el material que tienen.
Las aeronaves que compraron tienen capacidad de vuelo de hasta 800 kilómetros por hora.