Democracia en nuestra américa latina

Luis Cosenza Jiménez

Anualmente, con el apoyo financiero del BID y otros entes, y mediante una encuesta, Latinobarómetro analiza el sentir y pensar de los latinoamericanos sobre la democracia.  Recientemente leí el informe correspondiente a 2023 y lo encontré muy interesante ya que nos da una clara visión del retroceso de la democracia en nuestro continente.  Pero permítanme compartir con ustedes algunos de los hallazgos de Latinobarómetro para que ustedes lleguen a sus propias conclusiones.

En primer lugar, Latinobarómetro nos dice que en “2023 solo el 48% apoya la democracia en la región, lo que significa una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 63% de 2010”. Según ellos hay dos  razones “que explican el declive de la democracia. Por una parte, el ciclo económico, cuyo impacto es leve sobre el apoyo al régimen democrático. Por otra parte, la escasez de bienes políticos que se manifiesta en la baja calidad de sus élites, específicamente a nivel de la Presidencia de la República, los personalismos, la corrupción, la permanencia en el poder más allá de las reglas, y el desplome del desempeño de los gobiernos, todo lo cual tiene como consecuencia el alza de actitudes populistas y autoritarias y la caída de la imagen de los partidos políticos.  De eso se puede deducir que el déficit en los bienes políticos es el corazón de la problemática de la democracia en la región. Claramente, los ciudadanos apoyan cada día menos estas democracias imperfectas.”  Por bienes políticos debe entenderse “la igualdad ante la ley, la justicia, la dignidad y la justa distribución de la riqueza”.

“En Honduras se registra un apoyo a la democracia de solo un 32%, el más bajo de la región después de Guatemala (29%). Además, cuenta con la mayor cantidad de indiferentes al tipo de régimen (41%), junto con Guatemala. Finalmente, se observa un leve aumento del 10% al 12% de preferencia por el autoritarismo entre 2020 y 2023. Esta no es una democracia robusta, en especial si se agrega la insatisfacción con el desempeño del régimen, las actitudes populistas y autoritarias, así como la apreciación por los partidos políticos. Estas debilidades dejan expuesta a su democracia ante todo tipo de ataques en abierta recesión”.  Continúa señalando el informe “El contingente de ciudadanos que no apoyan la democracia, están insatisfechos con ella y son indiferentes al tipo de régimen o proclives al autoritarismo, es muy sustantivo en seis países: Ecuador (-50%), Guatemala (-45%), Honduras (-42%), Perú (-41%), Paraguay (-39%) y Panamá (-37%). Ya no queda capital en la sociedad para absorber los errores que cometan los gobiernos. O estos se desempeñan como la ciudadanía espera o en la siguiente elección serán cambiados por otros. En ese cambio hay espacio para populismos y autoritarismos.”

Algunos latinoamericanos sostienen que “No me importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas”. ”En los últimos veinte años este indicador aumentó en la región del 44% al 54%, con un ritmo pausado pero consistente.” El caso más notable es el de “Honduras, donde el 70% dice que no importa un gobierno no democrático. Eso deja a Honduras en una situación propicia para un populismo abierto.”  En cuanto a los golpes de estado, el informe nos dice que “son seis los países latinoamericanos que no miran tan mal a un gobierno militar y son los mismos que ya hemos identificado como vulnerables en su apoyo a la democracia.  Honduras (21%), cuya democracia es frágil, es el país de la región donde los ciudadanos menos temen que haya un golpe de Estado.”

En cuanto a los partidos políticos, el 77% piensa que no funcionan bien y de hecho “en siete países latinoamericanos la mitad de los ciudadanos o más creen que los partidos políticos no son indispensables para la democracia: Panamá (64%), Colombia (60%), Ecuador (59%), México y Paraguay (58%), Perú (54%) y Guatemala (50%). Una democracia sin partidos es uno de los errores conceptuales más graves que tiene la democracia latinoamericana”. 

Para concluir, Latinobarómetro nos dice que “Hay un desplome del desempeño de los gobiernos por su falta de capacidad para responder a las demandas de políticas públicas.” Y luego agrega que se afirma que “se ha dado una recesión de la democracia porque se trata de un período negativo de la historia de la región, que si bien puede durar varios años e incluso una década, es pasajero.” Termina diciendo que “Hay una demanda mayoritaria por la democracia que no se encuentra satisfecha en los países de la región, salvo excepciones”. 

En resumen, en nuestra región la democracia atraviesa por un difícil momento.  La ciudadanía estaría dispuesta a recurrir a otros tipos de gobierno si eso le resolviera sus problemas. Nuestra gente sigue buscando resultados inmediatos y que impliquen poco o ningún sacrificio. Hemos olvidado lo que decía Winston Churchill cuando nos recordaba que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas de gobierno. Según Latinobarómetro, los hondureños nos encontramos en una particular y negativa situación, ya que según ellos estamos anímicamente preparados para caer en manos de autócratas populistas o a soportar un gobierno militar.  La pregunta es qué debemos hacer antes de que sea muy tarde. Simplemente quejarnos luego de que Latinobarómetro nos ha prevenido no es una actitud racional.  Participemos en la solución de nuestros problemas.  Abandonemos nuestro mutismo.  Defendamos la democracia, la libertad y la solidaridad con los pobres.  Todavía hay tiempo.  Adelante.

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