Tegucigalpa – El arzobispo de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher, reflexionó este domingo en su mensaje de la homilía sobre la esperanza y lo que la motiva; el amor y la fe.
“Qué necesitamos pues para tener esperanza; fe y amor, y eso lo podemos aplicar a todos los niveles, desde nuestro corazón hasta los más amplios”, dijo el jerarca de la Iglesia Católica en Honduras, quien resaltó la importancia de la familia, las denominadas iglesias domésticas, donde se ora, se ama y se perdona, así como familias misioneras, donde se muestra lo que es querer, creer y esperar.
Monseñor Nácher destacó que cuando la fe y el amor son fuertes, no dependen de la moda, de la bonanza, porque tienen una raíz más profunda.
“Viendo tantas relaciones familiares rotas o desvirtuadas, sigamos en este mes de las familias, sigamos gritando con aquella mujer cananea, ´Hijo de David, ten compasión de nosotros, de nuestras familias”, dijo.
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según Mateo 15:21-28
“21Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.22En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»23Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»24Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»25Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»26El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»27«Sí, Señor – repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»28Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.”