De Pacto fiscal a batalla tributaria

Daniel Meza Palma, Exsecretario de Planificación, agosto 1984-enero1986

En mayo 2017 con el apoyo financiero de la USAID, el Grupo Promotor del Diálogo Fiscal Alianza por un Pacto Fiscal en Honduras publicó un documento de 69 páginas denominado Pacto Fiscal para un Desarrollo Sostenible con Transparencia y Rendición de Cuentas, PROPUESTA. Tres de sus proponentes resultan ser altos funcionarios del actual gobierno: 2 en el poder ejecutivo y uno en el legislativo, impulsado la Ley de Justicia Tributaria (LJT).

En las primeras páginas de su propuesta dicen: “¿Qué es un contrato social o pacto de política fiscal? Un contrato social sobre política fiscal (o un pacto fiscal) puede entenderse como un acuerdo sobre el monto, origen y destino de los recursos que requiere el Estado, sujeto a transparencia y rendición de cuentas, para asegurar su cumplimiento. Puede interpretarse como el acuerdo sociopolítico básico que reconoce las obligaciones del Estado y de los ciudadanos, tomando en cuenta sus derechos. La reciprocidad entre el Estado y los ciudadanos —que se refleja especialmente en la voluntad de pagar impuestos a cambio de servicios suministrados por el Estado—, es base fundamental para un contrato social de política fiscal. Esto es lo que está recomendando el Grupo Promotor del Diálogo Fiscal y la Alianza por un Pacto Fiscal en Honduras al proponer un pacto fiscal.”

Seis años después la visión ponderada que reflejaban en su propuesta de pacto fiscal ha sido sustituida por una actitud hostil, intolerante, agresiva y hasta insultante que inició con los beneficiarios de exenciones fiscales y ahora se completa la furia en contra de los migrantes hondureños que sostienen en gran medida a la economía hondureña proveyendo divisas al Estado e ingresos a sus familias que reciben tales transferencias desde diversos lugares del mundo, a pesar que en la promoción inicial de la LJT, negaban y perjuraban que no gravarían tales flujos.

Autoridades del Partido Liberal de Honduras han introducido un anteproyecto de ley denominado de equidad tributaria que intenta suavizar la animosidad evidente en el texto de la propuesta LJT.

La iniciativa liberal plantea fundamentalmente los siguientes aspectos;

  1. Promover las inversiones públicas y privadas.
  2. Establece los rubros de inversión prioritarios, más allá de la LJT.
  3. Propone 4 formas de inversión: 1) pública, 2) pública-municipal, 3) privada y 4) mixta.
  4. El Régimen de Incentivos a la Inversión para el Desarrollo (RINDE) con sus incentivos para promover las inversiones y la generación de empleo. Duración 10 años con 10 prorrogables.
  5. Megaproyectos RINDE con una inversión de USD 300 000. Duración 10 años exoneración ISR.
  6. Régimen de Zonas Francas para: Fomentar la Inversión Extranjera Directa (IED); Promover las exportaciones y aumentar la competitividad del país; Generar empleo; y, obtener una mayor generación de divisas que realicen actividades de manipulación, procesamiento, manufactura, producción, reparación y el mantenimiento de bienes y la prestación de servicios destinados a la exportación o reexportación. La Inversión inicial es de USD 150 000. Duración 10 años con 5 prorrogables.
  7. Índice de Elegibilidad Estratégica (IEE), que contendrá las métricas de cumplimiento de los criterios a evaluar.
  8. Gobernanza controladora de los beneficios: Secretaría de Desarrollo Económico¸ Secretaría de Finanzas¸ Administración Tributaria¸ Administración Aduanera de Honduras.
  9. Incumplimiento y sanciones.
  10. Continuidad de exoneraciones vigentes y opción a escoger cualquiera de las opciones propuestas sin simultaneidad.
  11. Reformas y derogatorias a determinados regímenes fiscales existentes y transición de regímenes especiales.
  12. Digitalización e interoperabilidad de la información en poder del Estado para control e intercambio.
  13. Manejo confidencial de información del contribuyente y su uso estrictamente tributario, así como sanciones por divulgación para usos diferentes.
  14. Aclaraciones sobre beneficiarios finales.

La noción de pacto fiscal remarcada en la propuesta liberal y enunciada en la propuesta de la Alianza de 2017 debe retomarse para resolver una enconada controversia que alimenta la ‘polarización’ pero que no conviene a los intereses de Honduras, en vilo permanente por recurrentes controversias.

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