spot_img

Ruanda conmemora 29 años de un genocidio cuyas heridas «aún son profundas»

Kigali – El presidente de Ruanda, Paul Kagame, encabezó este viernes los actos oficiales para conmemorar el vigésimo noveno aniversario del genocidio de 1994 y elogió la resistencia de sus compatriotas para avanzar en la unidad del país y dejar atrás una tragedia cuyas «heridas aún son profundas».

Kagame hizo esas declaraciones al marcar el inicio de la semana de conmemoración del comienzo del genocidio contra los tutsis, que causó más de 800,000 muertos.

«Está muy claro que las heridas aún son profundas, pero ruandeses, les agradezco a todos ustedes por negarse a ser definidos por esta trágica historia», subrayó Kagame en un discurso tras prender una llama simbólica de recuerdo en un acto celebrado en el Monumento del Genocidio de Kigali, donde están enterradas más de 250,000 personas asesinadas durante las masacres.

«La gente ha logrado pasar página y dejar atrás el duelo y el llanto», celebró el jefe de Estado, quien recordó que el mundo «dio la espalda» a Ruanda porque no acudió en ayuda de los ruandeses cuando se desarrollaba el genocidio contra los tutsis.

«Nadie decidirá por nosotros cómo vivir nuestras vidas. Tenemos una fuerza, una fuerza increíble que viene de esta historia que nos informa, que nos dice que nunca debemos permitir que nadie nos dicte cómo vivimos nuestras vidas», agregó Kagame.

Hasta el próximo julio, aniversario del momento en el que rebeldes ruandeses derrocaron al Gobierno que lideró el genocidio, se celebrarán por todo el país numerosos actos conmemorativos conocidos como Kwibuka («Recordar», en kiñaruanda).

Anteriormente, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó hoy en un comunicado que el mundo no debe olvidar el genocidio de Ruanda y urgió a los países a rechazar el odio y la intolerancia que pueden desencadenar esas matanzas.

«Rendimos homenaje a la resiliencia de los supervivientes. Reconocemos el viaje del pueblo ruandés hacia la curación, la restauración y la reconciliación. Y recordamos, con vergüenza, el fracaso de la comunidad internacional», enfatizó Guterres.

Las tensiones que desencadenaron el genocidio se remontan a finales del siglo XIX, cuando el Gobierno colonial alemán y más tarde el belga separaron a la población de Ruanda en dos grupos cerrados: los tutsis, que representaban al 14 % de la población, y la mayoría hutu.

Los problemas entre esos dos grupos, que dependiendo de cada momento de su historia tuvieron más o menos privilegios gracias a la marginación o explotación del otro, originaron una guerra civil entre el Gobierno prohutu ruandés y los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés (FPR), dirigido por Kagame.

La noche del 6 de abril de 1994, el derribo del avión en el que viajaban los entonces presidentes ruandés, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, causó la muerte de ambos y supuso el detonante del genocidio contra los tutsis.

Al menos 800,000 personas murieron en unos cien días en el que se considera uno de los peores genocidios de la historia reciente de la humanidad. EFE

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img