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Pamela Letona, el placer de pintar con dolor

Tegucigalpa – Especial Proceso Digital / Jorge Sierra.-  La artista hondureña de las artes plásticas, Wendy Pamela Herrera Letona, no esconde su placer de pintar sus obras con dolor, ese sentimiento que le provocan las enfermedades que padece, así como el drama que viven las mujeres y los niños en el país.

– Encuentra inspiración en las mujeres y los niños para elaborar sus obras de arte.

En entrevista con Proceso Digital, la virtuosa mujer se confiesa una frustrada administradora de empresas, con apenas seis clases para egresar de la carrera, pero por otro lado, una apasionada por los colores, la encáustica, las artes plásticas, el diseño de interiores e incluso la escultura.

La pintora conversa con visitantes en una exposición de su obra. (Foto: tomada de su red social Facebook)

En su haber hay más de un centenar de obras, muchas de ellas almacenadas y otras exhibidas al público. En su página de Facebook se pueden apreciar sus obras con mayor detalle.

Desde hace mucho tiempo padece de una serie de enfermedades inmunológicas y un dolor en la columna que solo a través de medicamentos y la pintura ha logrado encubrir.

Lamentó la pandemia de COVID-19 que afecta al mundo, por lo que debe estar con más cuidado para no sucumbir ante la enfermedad. “Si me agarra esa enfermedad me muero, no puedo salir, un día de estos llegará ese momento, pero por ahora disfruto cada día, por eso le doy gracias a Dios por todas sus bendiciones”.

Primeros pasos

Pamela Letona ha instalado sus muestras en diferentes países de América Latina y Europa. (Foto: tomada de su red social Facebook)

Nació el 21 de marzo de 1975 en Tegucigalpa, pero fue asentada en Danlí, El Paraíso y luego llevada desde los ocho años a San Pedro Sula, donde ha vivido la mayor parte de su vida.

Radica desde hace 11 años en una finca en San Manuel, La Sabana, adelante de La Lima (Cortés). “Vivo en un lugar pacífico, inspirador para pintar y vivir; es una zona verde que me ha ayudado tanto en lo profesional como en mi salud”, manifestó.

Se declaró felizmente casada con César Yánez, con quien procreó tres hijos: Adela Yánez (25), Alejandro (19) y Sebastián (15).

“Con él -se refiere a su esposo- fue como una novela de amor porque nos conocimos desde sexto grado, pero cada uno se fue por su lado y nos volvimos a encontrar en último año de bachillerato”, recordó para luego adicionar que el destino les tenía separados una vida juntos.

De sus hijos, solo Adela le heredó la pasión por el diseño de interiores, los otros dos “no pintan ni un círculo”, expresó en tono jocoso.

Desde pequeña siempre destacó en los festivales y concursos de artes plásticas que organizaban en los centros de enseñanza donde estuvo. “Recuerdo que me ponían a decorar el aula, la que hacía los mapas y desde ese momento me enamoré del diseño de interiores y aunque luego estudié administración de empresas no terminé la carrera con apenas seis clases para egresar porque no era lo que me gustaba y tampoco me hacía feliz”, apuntó.


Mi mamá -cuenta Pamela- siempre me impulsaba a que siguiera dibujando y había un concurso en el Centro Cultural Sampedrano en el Salón Nacional de Artes, fue ahí donde agarré la tinta china porque era detallista con el negro, pero siempre terminaba en colores.

Su primer gran dibujo de niña lo hizo en el kínder y fue del navegante genovés Cristóbal Colón, un retrato que desde ese momento mostraba sus credenciales de la gran pintora que sería.

“Nunca pensé que sería una artista plástica (todas las ramas del arte), pero ya dentro de este mundo ahora es mi pasión, he andado por la escultura/pintura y la encáustica que combina ambas”, relató la artista hondureña.

Vida y obra

Herrera Letona narró que su primera exposición de pintura fue a los 20 años y que por 15 años se especializó en la decoración de interiores con raíz en pintura. “Nos subíamos en andamios haciendo murales, lo hicimos en muchas casas de aquí de San Pedro Sula, fui una de las mujeres que me destaqué en decoración de interiores, pero llegó lo que mi enfermedad y desde ese momento era muy estresante continuar, fue así como decidí retomar la pintura”, indicó.

Se califica como una mujer inquieta, soñadora, autodidacta y desafiante, que nunca trata de competir con nadie más que con ella misma.

Aunque ha estudiado mucho, también resalta sus dotes propios en sus pinturas. “No tengo estudio académico en sí, pero tengo la técnica, entonces me ubico entre autodidacta y profesional”, añadió.

En 2017 concursó junto a 23 pintores en la bienal de pintura del Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI) y en 2019 su obra destacó y ganó un lugar de honor en el Salón Nacional del Centro Cultural Sampedrano.

Recuerda que, en esa obra ganadora, llamada ‘Una lágrima’, tiene gran fuerza emotiva, es una joven que derramaba una lágrima y en distintas partes del lienzo había fragmentos rotos y costurados, lo que significaba muchas heridas, pero a la vez ella trataba de sanar todo aquel dolor.

La obra llamada «Bella» de la pintora Pamela Letona
Foto: tomada de su red social Facebook

Con especial cariño recuerda que el agente cultural del IHCI, Fernando Carranza, la exhortó a participar en un evento de escultura y cerámica, enviando tres de sus obras.

Describe que en esas obra se sentía “la pasión y el sufrimiento que marqué en las piezas porque era un torso desmembrado y un corazón. Ahí gané una mención honorífica, tuve el honor que dos de mis tres obras destacaron en ese evento”, rememoró la artista.

Ha expuesto sus obras en Panamá, Ecuador, Francia, Rusia y otros países. También sus trabajos han estado en el Museo del Hombre, Alianza Francesa -en Tegucigalpa y San Pedro Sula-, Museo de la Identidad Nacional en este último recinto mediante una exposición virtual que le ayudó a montar su hija Adela Yánez.

“He logrado mucho, he llegado a muchos lugares que jamás pensé llegar gracias a mis obras”, expresó con una satisfacción reflejada en su rostro.

Esta obra se titulada «Duele hasta morir»  y en ella la artista vuelve a destacar la angustia y el sufrimiento. (Foto: tomada de su red social Facebook)

Participa también en colectivos internacionales de arte, especialmente en Chile y México. “Estoy dispuesta a exponer mis obras donde sea”, reveló.

Citó que su exposición de encáustica en Rusia, donde ganó uno de los premios, nace como un deseo de encontrarse a sí misma en el arte. “He pintado acrílico en una exposición en 2017 que fue en Colibrí en el Centro Cultural Sampedrano y fue de ‘Feminidad, sentimiento y tiempo’, se trató de un antes y un después porque usé lámina de oro que es algo que trabajaba mucho cuando en decoración de interiores”, apostilló.  

La encáustica es una técnica de pintura que se caracteriza por el uso de la cera como aglutinante de los pigmentos, la mezcla tiene efectos muy recubridores y es densa y cremosa, la pintura se aplica con un pincel o con una espátula caliente. El acabado es un pulido que se hace con trapos de lino sobre una capa de cera caliente previamente extendida (que en este caso ya no actúa como aglutinante sino como protección).

Su toque

La artista multifacética y plena en esta fotografía en la que parece cubrir su dolor con una profunda sonrisa. (Foto: tomada de su red social Facebook)

Se autodefine como una mujer muy sensible que transmite su ser en cada una de sus obras. “En París, Francia, hay en estos momentos dos obras mías que han provocado las lágrimas de más de alguno, más que todo en la mujer porque ellas son las musas de mis obras. Trato de expresar mis sentimientos bien fuertes, defiendo a la mujer y a la niñez”, registró.

Aunque pinta especialmente a mujeres y niñas, una vez alguien la impulsó a que pintara hombres, ya que tenía un esposo y dos hijos. “A partir de ahí en la encáustica pueden encontrar parejo a mujeres y hombres”, contó.

Ubica sus pinturas como “tristes, reflexivas y alegres, pero todas muestran un sentimiento. Cuando compito demuestro más mis sentimientos del dolor de una mujer abusada, de un niño maltratado… no todas son tristes, uso mucho el multicolor, pero tengo varias facetas”.

Pamela Herrera Letona relató que bajo las circunstancias actuales por la pandemia de COVID-19, es difícil vender las obras, por lo que ha optado por posicionarse a nivel de América y Europa.

“Mi alegría es destacar a mi país (Honduras), porque aquí no se puede vivir del arte, eso es secundario. En mi caso, me mantiene mi esposo porque él ha visto que cuando pinto mejoro de mi salud… sí he vendido, pero ahorita no es un momento para hacerlo, sigo creando y produciendo, llegará el momento de vender y si no llega, dejó un relajo de herencia para todo mundo”, señaló.

Las mujeres se identifican con la obra de Pamela Letona.. (Foto: tomada de su red social Facebook)

Dijo que se inspira en la mujer para pintar, asimismo en el amor y lo tóxico, es una mezcla que no tiene equilibrios.

Consultada sobre si una tan sola cosa pudiera hacer por el arte, respondió: “Ya lo estoy haciendo, fundé una página que se llama ‘Mujeres en el arte’, hemos encontrado mujeres destacadas en Estados Unidos, Austria, Alemania… en literatura, pintura, escultura, diseño, se trata de una riqueza que hemos encontrado y que desconocemos. Esperamos hacer una página digital para destacarlas a todas”.

Además, Herrera Letona imparte clases a principiantes de dibujo, especialmente con niños para crear en ellos esa pasión por el arte.

Confesó sentir especial admiración por las artistas hondureñas: Helga Sierra, Scarleth Rovelaz, Ninoska Manzanares, Lima *acuarelista*, entre muchas otras.

Pamela Letona utiliza la Encáustica como técnica fundamental para plasmar su arte. (Foto: tomada de su red social Facebook)

Sobre si le dieran un lienzo vacío para empezar a dibujar su vida, imaginó: “Pintaría muchos desafíos, hay tristeza, alegría, pasión; usaría mucho el rojo (pasión o dolor), el azul (tristeza), pero si me preguntan ¿volvería a vivir la misma vida? claro, que lo haría, pero en lo esencial sería algo abstracto y en diferentes tonos mi vida”.

La artista no cree que aún haya pintado su mejor obra, incluso a veces mira algunos de sus cuadros y dice: “en qué momento hice eso…”.

A la consulta si ha valido la pena ser pintora en un país que profesa poco reconocimiento a los artistas, refirió: “Sí ha valido la pena porque me he esforzado por lograr que se me valore dentro y fuera de Honduras. A veces duele cuando vemos que en el país se mueren museos por falta de apoyo. Todo da tristeza, pero eso no nos debe vencer, tengo que seguir porque amo a mi país”.

Finalizó la entrevista afirmando que “todos tenemos que seguir nuestros sueños sin importar qué es lo que perseguimos. Debemos dejar de un lado el dinero y darle el valor que merece, vivamos intensamente lo que hacemos porque solo tenemos una vida”.

Pamela se marchó, no sin antes reafirmar que el arte transforma la vida de las personas. Volvió a su recinto donde suele divagar el dolor pintando y se puso manos a la obra para continuar ese legado que dejará a su familia, amigos, pero sobre todo a Honduras.

JS


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