Tegucigalpa – Ante la derogatoria del decreto legislativos No.108-2021, 47-2020 y 107-2021, que otorgaba la permanencia al personal que estuvo en primera línea en la pandemia, los portavoces de los centros asistenciales públicos que carecen de una plaza también quedan fuera de la normativa.
–«No es justo que tenga que andar en la calle peleando una plaza si toda la población ha visto el trabajo realizado», manifestó portavoz del Tórax.
Según las denuncias, los portavoces de hospitales en algunos de los casos no cuentan con una plaza, pese a tener siete años de estar laborando y al frente de la pandemia.
Uno de los casos es el de la portavoz del Instituto Nacional Cardiopulmonar (INCP), conocido como El Tórax, Nia Carvajal, quien dijo a Proceso Digital que esta institución se convirtió en un hospital COVID-19 por ende ella estuvo en primera línea y continúa en primera línea porque se siguen atendiendo casos positivos del virus.
“Yo no me aparte del barco pese a tener cuatro enfermedades base, atendiendo a los medios, a las familias de las personas que perdieron un paciente o las que necesitaban saber cómo estaba la salud de los mismos”, señaló Carvajal.
Recordó que tanto su madre como su abuela murieron de COVID-19 tras ingresar a ese centro asistencial.
Dijo que ella tiene siete años de laborar en el centro hospitalario, ingresó en julio de 2015 a cargo de una dirección, posteriormente la pasaron a Relaciones Públicas y pese a que le bajaron su sueldo ella accedió porque es madre soltera.
“Un periodista no tiene color político, no se puede discriminar al personal, este centro asistencial se volvió completamente COVID y todo su personal era de primera línea, hasta dejamos de atender otras patologías porque éramos 100 % COVID”, argumentó.
En ese sentido, Carvajal hizo un llamado a las autoridades a recapacitar en la otorgación de plazas, ya que no solo los médicos y enfermeras enfrentan la pandemia.
Indicó que los relacionistas públicos andan por todas las salas recabando información para procesarla y darla a conocer a los medios, “tambien somos primera linea”, defendió.
Portavoces vencen el miedo, se secan las lágrimas y cuentan la verdad de la pandemia
Son mujeres que han vencido el miedo a contagiarse del COVID-19 o llevarlo a sus familias. Se han secado las lágrimas una y otra vez para salir ante los medios de comunicación y contar historias y notas tristes. Ellas hacen comunicación para los principales hospitales públicos de Tegucigalpa y San Pedro Sula, epicentros de la pandemia.
En Tegucigalpa las portavoces de los hospitales San Felipe; El Instituto Cardiopulmonar, el Tórax; Hospital Escuela, Hospital de Especialidades del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), Hospital de Especialidades María. En San Pedro Sula las voceras de los centros asistenciales Mario Catarino Rivas y del IHSS, a diario dan a conocer los reportes de los decesos, la ocupación hospitalaria y otros detalles del contexto de la pandemia que asola Honduras desde marzo de 2020 y que parece permanecer inalterable o quizá más profunda entre los hondureños.
Todas son mujeres periodistas que tienen en común un afán de servir del que no hablan, pero en esencia transmiten a las audiencias al momento de comunicar.
Su labor está, en muchas ocasiones, marcada de lágrimas, dolor y tristeza al ser testigos de los decesos de niños, madres, hombres, mujeres y ancianos que fallecen por causa del virus.
Su labor es reconocida porque no solo son cifras las que brindan, sus declaraciones reflejan la realidad que atraviesa el país, familias que diariamente se enlutan por causa del mortal virus. Igualmente aprovechan las tribunas públicas de la comunicación para concientizar a la población respecto al virus mortal y como sortear o protegerse de la maldición de portarlo. IR
