Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – En un modelo presidencialista, como el de Honduras la primera línea para ocupar la titularidad del Congreso Nacional, a través de la historia democrática del país, ha estado dictada por quien preside el Ejecutivo.
– Varias batallas se han librado para lograr el control del Poder Legislativo y de las mismas depende muchas veces la estabilidad institucional.
¿Son los diputados los que eligen el presidente del Congreso Nacional?, Si y no, responden analistas consultados, esto porque resulta que el preciado título de presidente del Congreso Nacional representa demasiados intereses, por ello la pugna es encarnizada, a niveles que el común de la población ni se imagina.
Honduras ha tenido nueve presidentes del Congreso Nacional, más uno interino tras la crisis política del 2009, desde la década de los 80 hasta la fecha, y hay cantidad de historias que muestran cómo se mueven los hilos para para llegar a la curul que representa tantos intereses como el mismo Ejecutivo y en ocasiones hasta más.
Y como no sería tan preciada la presidencia del Legislativo si en primer lugar ha sido el trampolín perfecto utilizado por la mayoría de quienes han llegado a la presidencia de la República, además allí se ponen y se quitan importantes cargos.
¿Será Luis Redondo el presidente del Congreso Nacional o quién?
En estos días está candente el desarrollo del juego político donde se acomodan piezas en busca del nuevo presidente del Congreso Nacional.
Según análisis de politólogos el escenario visible indica que el virtual titular del Legislativo es Luis Redondo, debido al acuerdo existente tras la alianza de Libre y Salvador Nasralla y el apoyo que tanto la presidente electa Xiomara Castro, como del coordinador del Libertad y Refundación Manuel Zelaya, han dejado hecho público.
Sin embargo, hay una polémica en torno a si finalmente se cumplirá o no el acuerdo, porque hay voces que gritan sin tapujos que el PSH no se merece la presidencia, pues tienen pocos diputados, mientras Libre es mayoría, y otros que apoyan abiertamente respetar el acuerdo que le otorga al socio menor de la alianza la titularidad del Poder Legislativo.
A criterio del analista Raúl Pineda el apoyo que es visible tampoco es tan entusiasta y más bien se percibe tibio.
Además de Redondo, se ha conocido que el diputado Jorge Cálix ha buscado el apoyo para su pretensión de dirigir el legislativo, aunque señaló en su cuenta de Twitter que apoya la decisión de la cúpula de su partido, mientras que el diputado electo Marco Eliud Girón anunció que le han pedido sus futuros compañeros que también lance su postulación para dirigir el Congreso Nacional.
El control del Poder Legislativo será crucial, ya que a la próxima legislatura le corresponderá elegir la nueva Corte Suprema de Justicia, a los titulares del Ministerio Público, así como a los que estén al frente de la Procuraduría general de la República (PGR) y el tribunal Superior de Cuentas (TSC), todos entes claves en la lucha contra la corrupción.
Las cruzadas más fuertes y promesas incumplidas
Raúl Pineda recordó que la lucha por llegar a la presidencia del Congreso Nacional no es nueva, recordó que la batalla más dura entre políticos para llegar alcanzar el poder del Parlamento se dio entre los grupos del presidente Carlos Roberto Reina y Carlos Roberto Flores Facussé.
En ese entonces cada uno prácticamente acuarteló a los parlamentarios que le seguían y los mantuvo “voluntariamente” retenidos mientras llegaba la hora de la elección, añadió.
En este caso la pelea fue porque Reina quería a su hermano Jorge Arturo como titular del Legislativo, pero Facussé anduvo listo y con una diferencia mínima acuerpado por otras corrientes, particularmente diputados del Partido Nacional, logró la presidencia.
Otra negociación política que se hizo y no se cumplió fue cuando ganó el expresidente Rafael Leonardo Callejas Romero, el analista, detalló a Proceso Digital que, en aquella ocasión, se conoció que Callejas en la casa de un distinguido médico firmó un compromiso con Osvaldo Ramos Soto, en el que le prometió la presidencia del Congreso Nacional, promesa que fue del diente al labio porque en el fondo nunca quiso cumplir.
Callejas se sacudió del compromiso aduciendo que los diputados de Monarca no votaron por Soto, sin hacer ningún esfuerzo para lograr el apoyo, y por el contrario para quitarlo del camino hacia la silla de la presidencia lo nombraron presidente de la Corte Suprema de Justicia. No obstante, no hubo confrontación sino convenientes movimientos políticos y quedó en la titularidad del Legislativo Rodolfo Irías Navas.
Asimismo, cuando el presidente Carlos Flores Facusse ganó la presidencia, el diputado Calvin Weddle Calderón se perfilaba como el candidato más fuerte para ocupar la presidencia y ya muchos lo daban por hecho, no obstante, al final quien se alzó con dicho triunfo fue el profesor Rafael Pineda Ponce, debido a algunas negociaciones incluso diplomáticas, según los relatos.
En esta línea de narraciones el expresidente Porfirio Lobo Sosa, en entrevista con Proceso Digital coincidió que en efecto el caso de Reina y Flores Facussé ha sido una de las pugnas más duras.
Y siguió su relato comentando sobre las promesas incumplidas, porque simplemente “en política no se puede escribir la historia antes del momento en que se dé, hay muchas variables en eso; y muchas cosas son imprevistas” agregó.
Contó que en su caso particular él no era el candidato que el presidente Maduro quería, pero hubo dos propuestas y los diputados no las aceptaron por eso Lobo Sosa, como tercera opción ganó la presidencia del Legislativo.
“La verdad es que había un compromiso con otra persona y yo iba a ser el ministro de Seguridad, incluso estuve con Gautama Fonseca trabajando en la comisión, pero en política a veces es muy difícil cumplir”, recordó el expresidente.
Luego en los otros periodos no se conocen peleas abiertas para la elección del presidente del Congreso Nacional, si acaso algunos acomodos de piezas políticas con estrategia en busca de intereses extendidos hasta los otros poderes del Estado, destacan los conocedores de la historia política.
Los estira y encoge entre titulares del Ejecutivo y Legislativo
Cronistas políticos, coinciden en que a través de la historia se ha visto que siempre el presidente del Ejecutivo ha querido ver el Congreso como una caja de resonancia de sus intereses.
Incluso se ha visto que en muchas ocasiones los mismos diputados se inclinan más por quedar bien con el Ejecutivo que en el propio Legislativo.
De allí que la relación entre los titulares del Legislativo y Ejecutivo muchas veces ha sido de constantes estira y encoge.
Sin embargo, “lo más catastrófico se dio en el gobierno de Manuel Zelaya donde el Congreso bajo la conducción del señor Roberto Micheletti se convirtió en un enemigo del Ejecutivo y derivó en los acontecimientos del 2009 que todavía sus consecuencias no acaban de pagar el pueblo hondureño”, dijo Raúl Pineda.
Más atrás en la historia también se registró un evento de fuerte pelea entre el presidente Roberto Suazo Córdoba y el titular del Legislativo Efraín Bú Girón, que también tuvo su origen en un intento de prolongación en el poder.
En cuanto a las relaciones amistosas, pero de respeto, el expresidente Porfirio Lobo Sosa, manifestó que se dio entre el presidente Ricardo Maduro y su persona.
“Maduro es un hombre muy educado, él nunca nos andaba presionando a nada (…) manejamos una relación extraordinaria todo dentro del marco del respeto y la interdependencia qué tiene que haber entre los poderes”.
En cuanto a ese punto de independencia de poderes opino que en la administración actual del presidente Juan Orlando Hernández, se podría decir que es donde más se ha visto subordinación del Legislativo al Ejecutivo.
“En este gobierno de Juan Orlando yo miré un Congreso demasiado dócil, el estilo del hombre (JOH) era totalmente vertical”.
¿Entonces estuvo don Mauricio Oliva a disposición de lo que dictara el Ejecutivo?, se le consultó al exmandatario y su respuesta fue “Yo diría que sí, porque yo nunca miré que él tuviera ninguna discrepancia”.
Ellos son los que de una u otra forma llegaron a la principal curul del hemiciclo
Efraín Bu Girón, fue presidente del Congreso Nacional de 1982 a 1986 en el gobierno del presidente Roberto Suazo Córdoba fue un abogado y político hondureño del Partido Liberal de Honduras. Y la historia registra que le correspondió la defensa de la Constitución, cuando un 24 de octubre de 1985 se intentó reformar el texto constitucional para convertir al Congreso en Constituyente y prolongar por dos años más el periodo presidencial de Suazo Córdova.
Carlos Orbin Montoya, líder del Partido Liberal que fue presidente del CN en el periodo de José Simón Azcona de 1986-1990 según los conocedores su presidencia la realizó en un ambiente de conciliaciones por los compromisos contraídos en el orden político, sin embargo, ya para el último año de gobierno tuvo algunas diferencias con el presidente Azcona, ya que también aspiraba a la presidencia de la República y el presidente se había inclinado por Carlos Roberto Reina Idiáquez.
Rodolfo Irías Navas, llegó a ser presidente del Congreso Nacional, en el periodo de 1990-1994 en la presidencia de Rafael Leonardo Callejas, ha sido un diputado considerado el cacique del departamento de Atlántida, ya que es el único que ha estado en el legislativo de forma ininterrumpida desde la Asamblea Nacional Constituyente electa en 1980, que dio vida a la actual Constitución de la República.
Fito Irías, no fue la excepción al pretender una candidatura a la presidencia de la República siendo presidente del CN, pero declinó sus aspiraciones por negociaciones internas de su propio partido y logró un acuerdo para que Oswaldo Ramos Soto, fuera el candidato; a quien dicho sea de paso él, le había arrebatado la titularidad del Legislativo y le mandaron a la CSJ.
Carlos Roberto Flores Facussé, fue presidente del Congreso Nacional entre 1994 y 1998, no se conoció mayor controversia en su candidatura porque, aunque no era el favorito del presidente Carlos Roberto Reina, quien tenía otro candidato, Flores tenía la simpatía hasta de otros partidos que le apoyaron, tampoco se dieron conflictos visibles entre el Ejecutivo y Legislativo ese periodo.
Luego el último año dejó el cargo para presentarse como precandidato presidencial y luego como candidato de su movimiento «La Fuerza Joven», en el cual resultó ganador en los comicios generales de 1997.
Rafael Pineda Ponce, fue nombrado presidente del Congreso Nacional de Honduras durante el período de 1998-2002 en el mandato de Carlos Flores Facussé, luego Pineda Ponce también aspiró a la presidencia de Honduras sin éxito. Pineda Ponce fue reconocido por su elocuencia como orador y destacado educador, hombre conciliador por lo que no tuvo inconveniente en su mandato ni en su relación con el Ejecutivo.
Porfirio Lobo Sosa, fue presidente del Congreso Nacional de Honduras entre 2002 a 2006, Pepe Lobo como es conocido culminó con buen suceso su mandato en el Legislativo, ya que como él mismo refiere tuvo una buena relación con el Ejecutivo, de allí partió también su primera candidatura en busca de la presidencia de la República, título que ganó hasta el 2010.
Roberto Micheletti Baín, fue presidente del Congreso Nacional de 2006-2009 en el Gobierno de Manuel Zelaya Rosales, aunque no hubo controversia en su candidatura, después su relación con el gobernante fue la más discordante entre titulares de Ejecutivo y Legislativo, hasta la crisis política, donde él asumió como presidente interino de Honduras para terminar el mandato de Zelaya y dio mantuvo el calendario electoral que dio lugar al triunfo de Lobo Sosa el 2009.
José Alfredo Saavedra, diputado del Partido Liberal, asumió la presidencia del Congreso Nacional por seis meses luego que Micheleti asumió el Ejecutivo para concluir el periodo constitucional 20016-2010.
Juan Orlando Hernández Alvarado, fue presidente del Congreso Nacional entre 2010 y 2014, siendo presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, durante ese tiempo no se conocieron conflictos demasiado visibles con el mandatario. Sin embargo, desde su mandato como titular del Congreso asumió gran protagonismo, que lo llevaría a controlar el Partido Nacional y ganar la elección presidencial. Luego logró un segundo mandato consecutivo, algo rechazado por un sector político y de la sociedad que consideraron que la Constitución prohíbe la reelección presidencial.
Mauricio Oliva Herrera, actual presidente del Congreso Nacional desde el 25 de enero de 2014 entregará el 25 de enero del presente año 2022, también lanzó su candidatura presidencial, pero no paso de las internas y aunque muchos apuntan que quiso desmarcarse del presidente Juan Orlando Hernández, según diputados de oposición y analistas, durante su mandato hubo sometimiento al Ejecutivo aprobando sin resistencia todo lo que ese poder enviaba, por otra parte se le reconoce su don de líder conciliador. LB