Las mil y una historias de las cárceles hondureñas

Tegucigalpa – Precisamente en el día que se cumplieron siete años de la peor tragedia penitenciaria en Honduras, por la muerte en un incendio de 361 reos en el penal de Comayagua, de nuevo surgen historias que parecieran haber sido sacadas de una película de ciencia ficción.

– 20 mil 807 reos componen la población penitenciaria de Honduras (dato al 11 de enero de 2019).

– Las autoridades del INP señalan que ahora no se producen la cantidad de muertes que antes se reportaban en las cárceles y tampoco las fugas son moneda de curso corriente como hace unos años.

Esta semana la opinión pública fue sorprendida con la versión oficial que dio cuenta del decomiso de una granada encontrada en el recto de un recluso, integrante de la pandilla 18, la que fue detectada antes de ingresar al recinto de máxima seguridad ubicado en Ilama, Santa Bárbara, conocido como El Pozo.

Las autoridades penitenciarias no precisaron detalles de cómo llegó el artefacto explosivo al privado de libertad e incluso las imágenes difundidas se han puesto en entredicho por conocedores en la materia.

Crean fuerza especial para controlar cárceles de máxima seguridad.

El viceministro de Seguridad, Luis Suazo, dijo que El Pozo cuenta, desde hace un mes y medio, con un novedoso sistema de seguridad para encontrar artículos prohibidos ocultos en el cuerpo de las personas que entran y salen de ese recinto.

Asimismo, señaló que la granada de fragmentación nunca ingresó al interior de los módulos de la cárcel de máxima seguridad, y que la misma fue detectada luego que un reo entraba tras recibir luz del día en el patio en esas ergástulas.

Durante las visitas autorizadas por celebrarse el Día del Amor y de la Amistad, en el centro penitenciario de El Porvenir, Francisco Morazán, se produjo otro incidente violento. Un recluso le propinó varias puñaladas a una joven de 19 años que lo visitaba.

Aparentemente se trataba de su compañera sentimental, quien recibió al menos ocho heridas con arma blanca, por lo que fue llevada al Hospital Escuela. Se conoció que su condición de salud es delicada.

Una mujer es detenida cuando pretendía ingresar droga escondida en tortillas a cárcel.

Hace unas semanas otras historias, divulgadas por las propias autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), dieron cuenta de la pretensión de ingresar drogas ocultas en tortillas, y en otra oportunidad fueron introducidas en palos huecos de escobas que habrían sido ingresados por una abogada, de la que nunca se proporcionó su identidad.

Las cárceles de máxima seguridad como El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, y la de La Tolva en Morocelí, El Paraíso, han sido escenarios de amotinamientos sin mayores hechos violentos. En estos recintos ya no son notables los homicidios y tampoco las fugas.

Constantemente las autoridades realizan traslado de reos de una cárcel a otra, de las 27 que se encuentran en el país. Tanto en La Tolva como en El Pozo están los jefes del crimen identificados por las autoridades de seguridad. Ahí no gozan de las comodidades que sí tenían en otros centros penales.

Radiografía de la granada hallada en el recto de recluso en cárcel El Pozo.

Una fuente especializada consultada por Proceso Digital, que prefirió el anonimato, dijo que las revelaciones hechas por Germán McNiel muestran que el sistema de seguridad en las puertas no es suficientemente efectivo y le restó legitimidad a las imágenes. 

Controles están funcionando

El viceministro de Seguridad,
Luis Suazo
El viceministro de Seguridad, Luis Suazo, salió al paso de las críticas en torno a la forma que ingresó la granada al centro carcelario de máxima seguridad.

“Ahora tenemos la capacidad de detectarlas, antes entraban (estos artefactos) y no podíamos detectarlos, hoy si quieren entrar cualquier cosa hasta cigarros o lápices ya no pueden pasar”, explicó.

Subrayó que el sistema penitenciario ahora dispone de tecnología de punta para detectar este tipo de situaciones irregulares.

El funcionario refirió que hace unas horas otro individuo fue detectado queriendo ingresar un radio comunicador, memorias de teléfonos y drogas ocultos en su cuerpo. “Antes no lo podíamos hacer porque había que realizar un chequeo invasivo y además nos encontrábamos con acciones de defensores de derechos humanos”, reforz.

Suazo, en referencia a la versión del abogado Carlos Chajtur, en el sentido que la granada que se pretendió ingresar al El Pozo era para acabar con la vida de su cliente Magdaleno Meza, refirió que «usar una granada para darle muerte a una persona en un centro penitenciario donde hay muchas personas, no sé si sería una opción».

Mediante el sistema “Garrett” o detectores de metales, los reos son inspeccionados.

Desmintió que la granada estaba dentro de la cárcel de máxima seguridad y dijo que la tecnología implementada en los recintos dio como resultado el decomiso del artefacto.

Prometió que “hacia adelante lo que vamos a tener es que los centros donde estamos operando con esta fuerza de control penitenciario van a tener esa posibilidad de estar sin armas y sin drogas dentro de las cárceles”.

El funcionario dijo que este tipo de sucesos ocurre en todas las cárceles del mundo. “Los privados de libertad siempre están queriendo comprar la voluntad, ya sea ofreciendo dinero o amenazando a muerte a los que les dan custodia”.

Movilizaciones

Denunció que desde las principales ciudades -Tegucigalpa y San Pedro Sula- se mueven alrededor de ocho buses diarios para llegar a los recintos de máxima seguridad, por lo que aseveró alguien está detrás de estos hechos y eso solo puede ser los que han sido afectados con el ordenamiento del sistema penitenciario de Honduras.

“Le pregunto a la población: ‘¿de qué lado queremos estar?’ del lado que todos queremos paz o de seguir en el desorden que ha habido, eso no lo vamos a permitir y a los que tienen quejas que lo hagan en los entes correspondientes”, indicó.

German McNielGermán McNiel, subdirector del INPFinalmente, el subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Germán McNiel, dijo que los operativos en las cárceles continuarán para garantizar la seguridad de los internos.

El funcionario del INP dijo que la desesperación se adueña de los reos albergados en estos centros de máxima seguridad, debido a que no disponen de drogas y otros productos prohibidos.

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