Tegucigalpa.- El tenor español Plácido Domingo fue ovacionado en el concierto ofrecido este jueves por la noche en Tegucigalpa, la capital de Honduras, país al que ha llegado por primera vez y en el que sus seguidores llevaban muchos años esperándole.
La noche del jueves 10 de enero será recordada en Tegucigalpa no solo por la presentación de Plácido Domingo, sino también por la celebración del que quizá ha sido el mejor concierto que se ha celebrado en el país centroamericano en mucho tiempo.
El espectáculo comenzó con la entrada al escenario, a campo abierto en el Palacio de los Deportes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), de un Plácido Domingo agradeciendo emocionado al público y diciendo que en Tegucigalpa ofrecía su primer concierto del año.
El concierto, que duró un poco más de dos horas, con un descanso de unos diez minutos, tuvo una primera parte de ópera, seguida de su «queridísima zarzuela», con la que Placido Domingo además evocó a sus padres.
Los padres de Plácido fueron artistas del género lírico español, de la zarzuela española, con la que también se deleitaron los más de 6.000 asistentes al concierto en Tegucigalpa.
El artista estuvo acompañado por la soprano española Davinia Rodríguez, el tenor mexicano Arturo Chacón Cruz y su hijo Plácido Domingo, con quien en la segunda parte del concierto interpretó «Sabor a mi», de Álvaro Carrillo.
En el intermedio se produjo la presentación de un coro de niños que le dedicó una canción hondureña al tenor español.
Muchos abuelos que asistieron al concierto también evocaron viejos tiempos cuando Plácido Domingo cantó el bolero «Adoro», de Armando Manzanero.
En el concierto no podía faltar un buen corrido mexicano. El escogido fue «Juan charrasqueado», de Antonio Aguilar, que estuvo a cargo del tenor Arturo Chacón Cruz, a quien el público también le hizo un poco de coro y le aplaudió mucho.
El frío que imperaba en Tegucigalpa, con un termómetro que descendió hasta los 14 grados centígrados, abrigaba más la emoción del público, del que muchos asistentes también conocían a Domingo como uno de los Tres Tenores, junto con el ya fallecido Luciano Pavarotti y José Carreras.
De Agustín Lara no faltó Granada, que muchos asistentes también esperaban, aunque la ovación para el tenor fue mayor cuando acompañado de su elenco, como sorpresa, interpretó una vieja y hermosa canción de cuna de Honduras que lleva por nombre «Al rumor de las selvas hondureñas», del cantautor Carlos María Varela.
El aplauso también fue muy efusivo para la Orquesta Sinfónica de Honduras compuesta por 64 artistas cuyas edades oscilaban entre los 17 y 42 años, quienes bajo la dirección del estadounidense Eugene Kohn, también estuvieron a la altura del gran tenor en el «Concierto Plácido Domingo en el corazón de Honduras».
El recital finalizó con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminaron el cielo del Palacio de los Deportes, con el público de pie aplaudiendo a Plácido Domingo y su elenco artístico.