Tegucigalpa. – En las redes sociales, la inconformidad ciudadana con el actual orden de cosas, es impresionante. Las expresiones van desde reclamos, insultos, agresiones, indignación, impotencia y hasta desquite con terceros de las cosas que no son responsables. Es la dinámica de las redes sociales en los últimos meses, donde el espacio para el debate reflexivo no es la tendencia.
Los reclamos ciudadanos no dejan de tener razón, hay una corrupción e impunidad campante y el derecho al pataleo, al cuestionamiento y a exigir respuestas coherentes de las instituciones estatales asiste a la ciudadanía y a quienes hacen uso frecuente de las redes sociales.
Pero esa indignación y ese reclamo debe salir del espacio de las redes para entrar a la acción, es decir, para ejercer su derecho a castigar con el voto a quienes considere han defraudado al país. De cara al proceso electoral del domingo próximo, la ciudadanía debe salir a ejercer el derecho al sufragio para castigar a todo el que insulta en las redes pero que no pasará de ahí, si permite que sigan los mismos o más de lo mismo. Muchos dirán, en las primarias vota el voto duro, craso error, las elecciones primarias son decisivas porque ahí se hace el primer filtro en un proceso. Es en este espacio en donde usted puede decidir si frena o no el caudillismo, los cacicazgos, los aspirantes que no han hecho méritos para reelegirse. El segundo filtro, se hace en las generales y ahí se puede cruzar el voto, sin que la marca de las primarias le ponga un fierro de pertenencia a X o Y partido político. Es lo que pienso, es lo que creo, y es lo que hecho.
No basta con querer ver la película del país esperando que otros resuelvan, desde afuera, lo que nos compete a los hondureños. Hay que dejar de comer palomitas de maíz para ver como termina nuestro propio Netflix, es hora de actuar, es hora de decir: ¡basta ya!
En su última reflexión, la pastoral social Cáritas, de la iglesia católica, hace el más enérgico y oportuno llamado a la ciudadanía: es el tiempo de parar, es el turno de la ciudadanía para asumir la dirección de la vida política del país.
Los partidos políticos—nos recuerda—son organizaciones de ciudadanos y no organizaciones de cúpulas, debemos de empezar a recuperar la conducción de los partidos, recuperar la democracia al interior de los mismos, recobrar sus ideales y su razón de ser: la conquista del poder para organizar el país en búsqueda del bien de toda sociedad. Asumir el control de la administración pública mediante la veeduría social, la implementación eficiente de las comisiones de transparencia, y en esta etapa de la historia no permitir que sigan burlando las aspiraciones de un país que sueña y espera algo diferente para el mañana.
Hago mías esas reflexiones de la pastoral social Cáritas, así como las expresiones del vocero de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor: la corrupción está llevando al país por el lado incorrecto, y quienes apagan el fuego de la lucha contra la corrupción, son quienes están digitando la impunidad en Honduras. Nos toca a nosotros, frenar esa digitación.
No importa por quien vote, pero hágalo, por el partido que quiera, por la corriente que quiera, en todos ellos hay buenos elementos, ratifique a quienes estima deben quedar, castigue a quienes le han dado la espalda a la sociedad. Salga de la comodidad de criticar de las redes sociales, actúe, ejerza el sufragio, porque es tiempo que los políticos entiendan que, si hacen algo mal, se tienen que hacer a un lado, irse a su casa, o a la cárcel, según la gravedad de la acción.