Para Simon Rosenberg, de la Red Democrática Nacional (NDN, por su sigla en inglés), a la población estadounidense no le gusta el tratamiento que se le ha dado a la inmigración y le preocupa qué pasará el año próximo.
«El sistema migratorio está roto y nadie es feliz con él (…) por eso este tema está entre las cinco preocupaciones actuales más importantes en los EE.UU., y también lo estará en 2008», señaló.
De la misma opinión es Celinda Lake, presidenta de la organización Lake Research Partners (LRP), y una de las principales estrategas del partido demócrata.
«Según algunas encuestas nacionales, la inmigración sigue como uno de los cuatro problemas más importantes entre la población estadounidense, entre un 10 y un 15 por ciento por debajo de temas como la salud, la economía o Irak», indicó.
Rosenberg afirmó, igualmente, que la reforma migratoria propuesta este año constituía una esperanza de solución que finalmente no progresó debido a la «falta de apoyo republicano, a pesar de que casi un 60 por ciento de la gente apoyaba esta iniciativa».
«Incluso algunos de los opositores republicanos que en 2006 rechazaron la propuesta acabaron apoyando el camino a la ciudadanía de los cerca de 12 millones de inmigrantes indocumentados que viven en EE.UU.», agregó.
En su opinión, el problema migratorio ha supuesto para los republicanos una gran pérdida de crédito y el alejamiento del electorado latino, lo que los ha dejado en una posición de debilidad de cara a las próximas elecciones.
«La comunidad hispana, la de mayor crecimiento en EE.UU., es la que dará la victoria a los demócratas en 2008», sentenció.
Para Christopher Dorval, director de Dorval Strategies, el problema es que el Partido Republicano «no tiene capacidad de resolución».
«Los votantes quieren verdaderos cambios (…) no que se hinchen los problemas y no ofrezcan ningún dato concluyente», indicó Lake.
Sin embargo, para Hessy Fernández, portavoz del Comité Nacional Republicano, ha sido el presidente George W. Bush «quien más ha luchado por la reforma migratoria y quien ha hecho que el debate en torno a este tema se discuta y se ponga sobre la mesa».
Para Fernández, la inmigración será un tema de campaña electoral muy importante, aunque, a su juicio, «para los latinos de EE.UU. existen otras prioridades, como la educación o la seguridad ciudadana, no solo el problema migratorio».
Fernández aludió al debate de ayer de Hillary Clinton, principal candidata a liderar el Partido Demócrata, como ejemplo de falta de preparación para abordar este tema.
«Ayer, ante preguntas como qué hacer con los permisos de conducir a inmigrantes, Clinton solo supo dar respuestas ambiguas (…) lo que demuestra que no está preparada ni para responder a desafíos reales ni para la presidencia, solo para criticar a Bush», afirmó.
«Los latinos no votan solo por inmigración, también les interesa la educación, el cuidado de la salud, la seguridad nacional entre otros temas. Hoy en día, los demócratas son mayoría en el Congreso y no han hecho absolutamente nada para resolver el problema de la inmigración. Lo suyo son promesas vacías», aseguró.
Según Rosenberg, los republicanos han tratado a veces de utilizar la inmigración como baza electoral, pero no les funcionó.
«Ellos (los republicanos) invirtieron decenas de millones de dólares en 2006 para favorecer su posición sobre este tema de cara al público (…) pero no funcionó, y acabaron favoreciendo a los demócratas», sostuvo
«El próximo año, la posición demócrata será la de apoyar la reforma migratoria, la de ofrecer soluciones para esto», prosiguió, «mientras que los republicanos no tendrán ni una sola idea».