El titular del CONADEH, Ramón Custodio, expresó que la mayor parte de las muertes violentas que ocurren en el país son causadas por armas como la AK-47, rifles de asalto, ametralladoras, pistolas, revolver, machetes y puñales, instrumentos que son portátiles y fácilmente disponibles en el mercado en grandes cantidades.
Se estima que en los últimos cinco años de la década del noventa (1995-1999) cerca de 12 mil personas perdieron la vida y unas 15 mil fueron lesionadas en circunstancias violentas, es decir, que diariamente más de una decena personas eran victimas de las armas de fuego, armas blancas o de otras armas contundentes.
En el 2006, se registraron más de 3 mil homicidios de los cuales 530 fueron cometidos con armas blancas, 2359 por armas de fuego y el resto con otras armas contundentes, está situación indica que ocho de cada diez homicidios fueron cometidos con armas de fuego.
En el primer trimestre del 2007, para el caso, se registraron cerca de 750 homicidios, de los cuales, siete de cada diez se cometieron con armas como las pistolas y los revólveres en su mayoría y otra cantidad con armas de fabricación casera, fusiles y subametralladoras.
Se calcula que en el país circulan miles de armas sin ningún control, situación que ha incidido directamente sobre la violencia y la delincuencia en el país, ya que la mayoría estarían en poder de diferentes grupos como las pandillas juveniles, el crimen organizado y traficantes de drogas.
El titular del CONADEH, Ramón Custodio, sostuvo que a pesar del éxito de los procesos de paz en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, en la década noventa, el suministro de pistolas y armas ligeras a esas áreas de conflicto fue abundante y muchas no fueron recuperadas al final de las guerras internas y más de una década después continúan en circulación.
Desde 1990, Honduras es de los países centroamericanos que más sufre las consecuencias posteriores a los conflictos internos de otros países del área por el inadecuado desarme, principalmente de la contrarrevolución nicaragüense.
En Honduras, la Ley de control de armas de fuego, municiones explosivos y otros similares permite que una persona natural pueda registrar un máximo de cinco armas e incluso uno de los artículos establece que toda persona en el ejercicio de sus derechos ciudadanos pueda pedir una o varias licencias para la tenencia y portación de armas de fuego.
Custodio ha sido uno de los principales críticos por la falta de una política criminal del Estado y ha cuestionado la ineficacia de los programas de seguridad impuestos por los diferentes secretarios de Estado del ramo.
Según el defensor de los derechos humanos, cuando en un Estado las leyes dicen lo que hay que hacer casi en cada situación, pero en la realidad el funcionario o un simple empleado hace lo que se le antoja, se termina siendo “no un país de leyes sino un paisaje de innumerables pinceladas caprichosas”.
Indicó que una de las obligaciones constitucionales del Estado es garantizar la seguridad personal y pública, y de los bienes de las personas, con el mínimo posible de violencia en cualquiera de sus formas y autoría.