Con sólo 47 años, Arias se erigió a mediados de los años 80 en líder centroamericano para la búsqueda de una salida pacífica que permitiera silenciar las armas y restablecer la democracia en la región, escenario de los conflictos ideológicos que protagonizaban entonces el comunismo y el capitalismo.
En su lucha por una solución negociada, como él mismo reconoció posteriormente, se enfrentó a potencias y líderes mundiales. «La guerra en Centroamérica era una batalla de dos grandes bloques, donde las potencias ponían las armas y nosotros los muertos», ha señalado en varias ocasiones.
Tras la firma de Esquipulas II, acuerdos negociados en la ciudad guatemalteca que da nombre al documento, los esfuerzos del estadista costarricense se enfocaron hacia la consolidación de la democracia en la región.
Arias considera hoy que los objetivos de su plan de paz fueron alcanzados y superados, pero que Centroamérica aún tiene una deuda enorme con sus habitantes, ya que dos décadas después del fin los conflictos armados, la pobreza y la violencia dominan la región.
Esta situación, según señala constantemente, es responsabilidad tanto de los países del área, que no han logrado niveles de crecimiento que permitan dar el salto hacia el desarrollo, como de la comunidad internacional, que «castigó a Centroamérica por lograr la paz, quitándole su cooperación y ayuda».
Arias, nacido el 13 de septiembre de 1940 en la provincia de Heredia, se mantuvo alejado de la vida pública de su país tras el término de su primer mandato (1986-1990), pero regresó a la política en 2004 para convertirse por segunda vez en candidato presidencial del socialdemócrata Partido de la Liberación Nacional (PLN), y en 2006 fue reelegido.
La prioridad del presidente en su segundo mandato, que concluirá en 2010, es convertir a Costa Rica en un país desarrollado para el año 2021, cuando celebrará 200 años de vida independiente.
Para lograrlo, se concentra en los temas de crecimiento económico y educación, mientras que los asuntos políticos, han pasado a un segundo plano.
Y si hace 20 años la atención de Arias estaba centrada en Centroamérica, ahora los ojos del mandatario parecen mirar más hacia el norte y el oriente, y enfoca su gobierno a la apertura de mercados en Estados Unidos, Asia y Europa.
Además de los títulos en Economía y Derecho de la estatal Universidad de Costa Rica, Arias tiene doctorados de la Universidad de Essex y de la London School of Economics and Political Science, ambas británicas.
Ha sido profesor de ciencias políticas, vicepresidente del Banco Central, ministro de Planificación Nacional y Política Económica y diputado.
Llegó a ser secretario general de su partido y en 1985, contra todo pronóstico, consiguió la designación del PLN para aspirar a la Presidencia de la República, puesto que alcanzó en 1986.
Tras ser galardonado con el Nobel de la Paz, recibió, en mayo de 1988, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Iberoamericana, también por su trabajo en la pacificación de Centroamérica.
Entre 1990 y 2004 participó en numerosos foros internacionales, desde donde defendió la desmilitarización, y dedicó parte de su tiempo a la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano.
Ha recibido otros reconocimientos internacionales, como el Premio Las Américas 1993, el Carmen García Bloise 1997 y el Premio de la Paz Martin Luther King en 1987 y es doctor «honoris causa» de medio centenar de universidades en el mundo.
Arias se declara un luchador por la paz y por esta razón no cesa en los esfuerzos internacionales para alcanzarla.
Por esa vocación, su gobierno impulsa un acuerdo internacional para regular el comercio de armas, que actualmente se discute en las Naciones Unidas.