El primer partido de la final se jugará en el Estadio Olímpico Metropolitano, considerado como la «guarida» del «monstruo verde», el Marathón.
Los números dan como favorito al Real España, pues no sólo terminó primero en las dos vueltas regulares de este torneo, y el Marathón segundo, sino que ganó las dos finales anteriores, en 1980 y en el Clausura 2006-2007.
Además, de 167 encuentros disputados en la Liga, el Real España ha ganado 67, el Marathón 43 y han empatado los otros 57.
Sin embargo, el entrenador del Real España, el argentino Mario Zanabria, declaró a la prensa deportiva que «no creo que lleguemos como favoritos» y subrayó que entre los dos equipos «hay mucha igualdad; por lo tanto, no se puede hablar de favoritismo».
El entrenador del Marathón, el uruguayo Manuel Keosseián, también consideró que «no hay favoritos, menos en una final», y sobre todo cuando, como en este caso, «son dos equipos grandes; cualquiera de los dos puede ganar, será un partido parejo».
Zanabria y Keosseián coincidieron también en que las condiciones serán iguales para los dos equipos al ser de la misma ciudad y en que ambos saldrán a llevarse el título.
Los equipos sampedranos echaron en semifinales a los de Tegucigalpa, el Real España al Olimpia y el Marathón al Motagua; los cuatro son los más importantes del fútbol hondureño.
El Olimpia es el actual campeón y acumula 21 cetros, mientras que el Motagua tiene 11.
El pase a la final del Real España y el Marathón los confirmó como los mejores de la temporada, cuyo liderato estuvieron turnándose durante la mayor parte de las vueltas regulares.
El segundo y definitivo partido se realizará el próximo día 13 en el otro estadio de San Pedro Sula, el Francisco Morazán, donde habitualmente juega el Real España.
De haber empate en puntos y goles en los dos partidos de la final, el Real España será el campeón por su mejor ubicación en la tabla de posiciones.