«No estuve en esta plaza aquella noche», reconoció Livni ante los presentes, en la primera ocasión en la que la dirigente de la formación gobernante y centrista Kadima participa en este acto.
La ministra, que entonces militaba en el derechista Likud, partido con el que meses después intentó obtener un escaño parlamentario, recordó hoy que Rabin «también era mi primer ministro» y abogó por el «fin de los campos (políticos) en Israel».
«Quiero hablar de mi Israel, que engloba a los que estuvieron aquí esa noche y a los que no», dijo Livni, antes de apelar a la unidad de la ciudadanía para que «todos podamos enorgullecernos del país».
En su discurso, la ministra y jefa del equipo negociador israelí en las actuales negociaciones de paz con los palestinos, no mencionó en ningún momento a los palestinos, con los que ha insistido que aspira a lograr un acuerdo que ponga fin al conflicto en Oriente Medio.
Los discursos estuvieron intercalados por actuaciones musicales de populares cantantes y grupos israelíes.
Poco antes, el titular de Defensa, Ehud Barak, elogió la figura de Rabin, de quien dijo: «Seguimos tu camino».
Barak recordó ver la determinación y valentía del asesinado primer ministro cuando mantenía conversaciones secretas con la parte palestina durante el proceso de paz de Oslo.
El presidente de Israel y uno de los primeros conferenciantes, que concluyó el acto con lágrimas en los ojos, declaró «Isaac, te hemos perdido, pero tu camino sigue adelante».
El jefe del Estado imploró a los concentrados en honor a Rabin que continúen año tras año recordando la figura del político desaparecido para mantener viva la democracia en Israel.
El Gobierno de Rabin negoció el primer acuerdo de paz interino con los palestinos, lo que le llevó a ser galardonado junto a Peres y al también difunto dirigente palestino Yaser Arafat, con el Premio Nobel de la Paz.
En la última semana dos entrevistas realizas por sendos canales de televisión al asesino de Rabin, Yigal Amir, que cumple cadena perpetua en una prisión israelí, han provocado un revuelo mediático que ha obligado a suspender su difusión.
Esta circunstancia ha llevado a varios oradores hoy a censurar este tipo de actuaciones por parte de la prensa, y apelar a que no se permita hablar al asesino de Rabin.