El informe, elaborado por la Agencia Internacional para la Investigación de Accidentes Aéreos (NTSB, por sus siglas en inglés) libera de culpa al aeropuerto Toncontín y señala que el error fue del piloto (César D’antony).
El piloto es una de las cinco víctimas mortales que dejó el accidente, a quien se suman el presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Harry Brautigam, una mujer brasileña y dos hondureños que viajaban en un automóvil, que fue aplastado por el avión al caer en una hondonada.
La transcripción de la «caja negra» del avión «es clara, el error fue humano», explicó hoy a periodistas el capitán de aviación Jesús Aguirre, hondureño, quien además indicó a titulo personal que el día del accidente las condiciones de tiempo no eran favorables, lo que también destaca el informe.
Aguirre, con más de 25 años de experiencia y 20.160 horas de vuelo en aviones Boeing 737-200 y 737-400, entre otros aparatos, indicó que el informe difundido hoy lo conoció hace dos semanas y que, aunque es parcial, concluye en que el accidente del Airbus 320 de Taca fue por un error humano.
Según la transcripción de la comunicación entre el piloto del Airbus 320 y la torre de control, hubo un momento en el que el capitán D’antony pensó en preguntar a operaciones de Taca en El Salvador qué hacer ante lo que estaba ocurriendo.
La torre de control instruyó a D’antony para que aterrizara por la pista 20, de norte a sur, porque había «visibilidad reducida a dos kilómetros», lo mismo que nubes a muy baja altura, menos de 300 metros.
Pero el piloto, que intentó aterrizar en dos ocasiones, decidió hacerlo por la pista 02, de sur a norte, según la grabación, en la que además se escucha un lenguaje soez contra el personal de la torre de control.
«Vamos hacer la aproximación a la dos otra vez. Para ver si circulamos a la dos entramos con viento de cola porque a la veinte no podríamos circular así», subraya la conversación.
El piloto también se dirigió a los 124 pasajeros que venían en el avión «nada más para informarles que hemos efectuado una maniobra de aproximación frustrada debido a nubes bajas acá en Tegucigalpa».
«Eh en estos momentos estamos procediendo a efectuar una segunda aproximación para posiblemente aterrizar en la misma pista, ya que tenemos copas de nubes bajas, nada más muchas gracias por su comprensión, no hay nada de qué alarmarse, cualquier cosa les mantendremos informados, muchas gracias».
Durante la emergencia que vivieron los pilotos, también hablaron de la posibilidad de aterrizar en San Pedro Sula, norte de Honduras, donde el aeropuerto se localiza en un valle y su pista tiene casi el doble que la del Toncontín, que mide 1.800 metros.
Pocas horas después del accidente en Tegucigalpa se difundía un vídeo en el que se ve que el Airbus 320 toco pista a la mitad de la misma, por lo que se terminó saliendo y cayó en una hondonada, sobre una calle que conecta con un bulevar de la capital hondureña.
El avión se fraccionó en tres partes entre la cabina y las alas.
A raíz del accidente del Airbus 320 el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ordenó el cierre del Toncontín a los aviones categoría «c» y «d», con capacidad para más de 42 pasajeros, alegando que es para evitar otra tragedia y dijo que el aeropuerto es el más inseguro del mundo.