El defensor de los derechos humanos aseguró que en el país hay buenos y malos policías pero que, en este momento, son más poderosos los malos policías que incluso han convencido al señor Presidente de la República que el CONASIN no debe existir y que es malo que la sociedad civil participe en materia de seguridad pública.
Custodio desmintió el anuncio relacionado a que si no se aprueba la reforma de la Ley Orgánica de Policía con esas pretensiones, de entregarles el país a los policías, prácticamente no habrá más ayudas del exterior, “eso es mentira, lo digo honestamente, no es cierto”
“Lo que si es cierto es que si le damos más autoridad y volvemos a la policía un poder absoluto en este país, todos corremos peligro”, recalcó.
Según el funcionario, los que desde el Poder Ejecutivo están a cargo de la seguridad pública no han querido entender que nosotros los hondureños debemos colaborar todos en que se acabe la impunidad, en que se logre la justicia y que se investigue adecuadamente el delito.
“Los hondureños queremos que la Secretaria de Seguridad sea eso, una Secretaria de Seguridad y no una Secretaria especializada en inseguridad pública”, cuestionó.
Consultado sobre qué significa para el país que la policía esté infiltrada por carteles, el ombudsman expresó que es grave porque lo dijo el mismo Secretario de Estado en Seguridad Pública, el señor Rodas Gamero, delante de los miembros del CONASIN que le escuchamos.
“Ahora él dice que no dijo eso, quiere decir que quienes lo oímos tenemos mal el aparato auditivo porque le oímos y me han dicho los demás, usted tiene razón doctor, él lo dijo”
Custodio no se explica porqué se insiste en una reforma de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, para entregar el país a esos policías dejando al CONASIN como una pantomima, en lugar de ser una instancia de genuina participación ciudadana, la única capaz de intentar que termine la impunidad de los que dirigen el crimen organizado y sus sicarios, entre otras cosas graves.
El defensor de los derechos humanos es del criterio que con la nueva Ley se le entrega el país a este cuerpo de policía y por ende al narcotráfico.
Según Custodio, la diferencia entre lo que ocurrió en la década del ochenta y la actual es que “en los ochenta corría peligro yo, ahora corremos peligro todos, aquí no se sabe quién puede morir en cualquier momento”.
