En el accidente perdieron la vida 27 personas, entre hombres, mujeres y niños, y otras 18 resultaron heridas.
El presidente, Manuel Zelaya, se trasladó esta mañana a San Isidro para expresar sus muestras de solidaridad con los parientes de las víctimas y anunciar
Hasta ese lugar llegaron también otros funcionarios del Gobierno, diputados y dirigentes políticos, entre ellos, el presidente del Partido Nacional, Porfirio Lobo Sosa, y del Partido Liberal, Patricia Rodas.
En San Isidro fueron veladas 12 de las víctimas del accidente. El resto, residían en las comunidades vecinas de San Jerónimo y Suyapa, donde fueron velados y enterrados.
En San Isidro, el oficio religioso se hizo en la plaza pública, ya que la iglesia resultó insuficiente para albergar a las personas que llegaron a dar el último adiós a las víctimas del fatal accidente.
“Estamos aquí dándole todo el apoyo moral y la solidaridad material también para que ellos puedan enfrentar este momento difícil que viven”, dijo Zelaya a los periodistas.
En Tegucigalpa, el director del hospital Escuela, Octavio Alvarenga, dijo a la prensa que una de las ocho personas que fueron trasladados a esta ciudad para su atención médica se encuentra en estado crítico.
Desde su lecho de enfermo, el conductor del autobús, Ricardo Estrada, dijo por su parte a los periodistas que “en la bajada del Vuelo del Ángel (donde ocurrió el accidente) perdió los frenos”.
“Yo no quería quitarle la vida a otros”, comentó.
Contó que él trató de controlar la unidad, sin éxito. “Me fui controlando el camión, hasta caer abajo”. También que solo tenía 15 o 20 días de trabajar para el dueño de la unidad de transporte, aunque dijo que tenía al menos 10 años de experiencia como motorista de automotores pesados.
Dijo desconocer si el dueño de la unidad tenía o no permiso para operar la ruta que él estaba cubriendo.