La medida fue acompañada este domingo con el anunció de los empresarios del transporte urbano de solicitar un ajuste a la tarifa del taxi colectivo de dos lempiras y similar cantidad para el servicio del transporte urbano, que utilizan la mayoría de la población hondureña.
A la demanda de los transportistas, también se unieron los trabajadores, cuyos dirigentes anunciaron hoy que la próxima semana presentarán al gobierno un planteamiento para que se decrete un incremento general de salarios ante el alto costo de los servicios públicos y los productos de la canasta básica.
Roberto Pagoaga, dirigente del rubro de taxis de la capital, dijo que el incremento a la gasolina y al diesel, conllevará un ajuste a la tarifa del servicio de taxi colectivo, considerando que estos combustibles son los más utilizados por la flota vehicular dedicada a esa actividad.
Los empresarios del rubro rechazan que el gobierno siga otorgando subsidios al transporte, especialmente al de taxis, en vista que esa medida se ha politizado en esta administración y además no compensa el incremento de los energéticos y los altos costos de operación.
“Nosotros nunca hemos cobrado pasajes reales, sino pasajes consensuados a través del transporte, entonces a estas alturas y con este incremento a la gasolina superior, nos obligan a consumir más gasolina superior y eso deteriora nuestros vehículos”, apuntó el dirigente.
Pagoaga consideró que la decisión del gobierno de eliminar el subsidio al diesel y a la gasolina superior es “bastante fuerte” y recomendó al Ejecutivo poner bombas especiales en las gasolineras para que se siga subsidiando esos carburantes al servicio de transporte urbano.
“Creo que hay otras cosas que se pueden hacer, por ejemplo, el mayor consumo de carburantes lo tienen los vehículos del estado, en vista que se trata de carros con motores enormes y consumen grandes cantidades de carburantes”, apuntó.
Dijo que el rubro que él representa ha venido insistiendo hace tres años que el congelamiento a los combustibles debe llegar a un tope y que el gobierno debía de dejar de seguir engañando al pueblo al pretender seguir manteniendo precios ficticios en los derivados del petróleo.
Por su lado, dirigentes sindicales informaron hoy que la inflación se ha disparado a raíz de los constantes incrementos a los productos de la canasta básica, las tarifas de energía y otros servicios públicos, por lo que solicitarán formalmente al gobierno que decrete un ajuste general de salarios para la clase trabajadora.
La ley del Salario Mínimo establece que en caso que la inflación supere un techo del 10 por ciento en los primeros seis meses del año, deberá convocarse a las partes (obreros, gobierno y empresarios) para hacer un nuevo ajuste al salario mínimo, no obstante, los trabajadores consideran que un incremento a la base salarial de los asalariados hondureños ya no compensa los altos costos de los productos básicos.
En ese sentido, consideran que el gobierno deberá hacer un ajuste más amplio que permita a la clase trabajadora poder absorber el impacto de los altos costos de los combustibles, la canasta básica, el transporte, la energía eléctrica y otros servicios públicos.
Al respecto, los empresarios señalan que este es un tema que debe analizarse con sumo cuidado por el impacto que puede tener en la empresa privada, aunque admiten que el país está viviendo una situación bastante difícil, fundamentalmente al alto costo del petróleo en el mercado internacional.