Ruiz, quien además preside la Federación Nacional de Ganaderos y Agricultores de Honduras, dijo que en Honduras la ola de incrementos a los precios alimentarios es imparable, al tiempo que lamentó la indiferencia gubernamental ya que según dijo únicamente pasan imbuidos en la política.
La opinión del empresario fue reforzada por la dirigente popular Suyapa Mendoza, una mujer que lidera una organización de protección al consumidor, quien dijo que las autoridades se vuelven indiferentes frente a los reclamos de los trabajadores y de los consumidores en general.
Mendoza agregó que las acciones de la Oficina de Protección al Consumidor del ministerio de Industria y Comercio así como de la Fiscalía especializada en el tema son de complacencia con los empresarios y de “oídos sordos” con los pobladores.
“El pueblo se está muriendo de hambre y los políticos y el gobierno no hacen nada”, recalcó Mendoza.
Desde septiembre del año anterior Honduras ha experimentado una imparable ola de alzas a los productos de la canasta básica y los mecanismos gubernamentales por superar%26nbsp;los incrementos%26nbsp;ha sido inexistentes.
Los frijoles alcanzaron a finales del año anterior aumentos de hasta cien por ciento; los huevos, el pan, el arroz y la harina, también forman parte de los aumentos desmesurados.
Al encarecimiento a los productos básicos también se suma la carretilla de la construcción que vuelve cada vez más limitadas las posibilidades de los hondureños de poseer una vivienda.
El Gobierno hondureño que preside Manuel Zelaya había previsto para 2007 una inflación que oscilaría entre el 5,5 y 6,5 por ciento pero la inflación interanual cerró en 8,9 por ciento, según el Banco Central.
Sectores especializados y populares ponen en duda las cifras de la inflación que publica el Banco Central, alegando que no reflejan la realidad que vive el país, con una pobreza que afecta a alrededor del 80 por ciento de los 7,3 millones de hondureños.