Añadió que los hondureños también han expresado su temor a ser enrolados en el Ejército de su país ante una posible guerra civil debido a la crisis política.
La Casa del Migrante tiene capacidad para alojar a unas 40 personas que llegan a esta ciudad fronteriza, en donde se les proporciona alojamiento gratis hasta por siete días, y se les provee de ropa, comida y atención médica.
El director del albergue dijo que esperan finalizar este año con un total de unos 9.000 inmigrantes atendidos, y recordó que en 2008 sumaron 10.700 las personas que recibieron el apoyo de este refugio.
Carlos Giovanni, un inmigrante hondureño, dijo a Efe que emigró de su país debido a la crisis política, y agregó que esta situación ha agravado la situación económica y sin generación de empleos.
«En el trabajo, en la calle, todo está difícil ahora en Honduras«, indicó.
Esmeralda Santos, otra hondureña, llegó a Nuevo Laredo hace 17 días, y dejó en Honduras a sus 9 hijos
«No podemos trabajar por el toque de queda desde las seis de la tarde, uno ya no puede andar afuera de su casa, y te obligan a estar encerrado desde la seis de la tarde», dijo.
Honduras vive una difícil situación política y social desde el 28 de junio pasado, cuando el presidente Manuel Zelaya fue detenido y expulsado del país por los militares, y ese mismo día el Parlamento designó en la presidencia a Roberto Micheletti, cuyo Gobierno no reconoce la comunidad internacional.







