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Detenido en México el sicario que disolvió a 300 personas en ácido

México – Las autoridades mexicanas presentaron hoy en Ciudad de México al sicario Santiago Meza López alias «El Pozolero» quien disolvió en ácido unos 300 cadáveres por órdenes de Teodoro Eduardo García Simental, alias «El Teo», miembro del cártel de los hermanos Arellano Félix.
 

El portavoz de la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR), Ricardo Nájera, dijo hoy que de acuerdo con las primeras investigaciones, Meza recibía un pago semanal de unos 600 dólares y que era el «pozolero», término utilizado por el crimen organizado para la persona que se encarga de desaparecer los cuerpos de personas asesinadas por la organización criminal.

El portavoz dijo que Meza comenzó a trabajar para el cártel de Tijuana hace nueve años y en ese tiempo ha estado bajo las órdenes de otros dos lugartenientes de la organización, aunque últimamente quedó bajo las órdenes directas de Teodoro Eduardo García Simental «El Teo».

El funcionario indicó que de acuerdo con las declaraciones de Meza, el procedimiento para disolver un cuerpo era llenar un barril de 200 litros con agua hirviendo y con dos costales de sosa cáustica (hidróxido sódico NAOH), sustancia altamente corrosiva, en donde colocaba los restos humanos durante unas ocho horas.

Después de ese tiempo, según sus declaraciones, del cadáver solo quedaba un líquido con los dientes y uñas, el cual se vaciaba en un barril de plástico y su contenido se arrojaba en un terreno baldío o basurero, y finalmente lo rociaba de gasolina y le prendía fuego.

Según esa declaración, Meza aprendió el oficio de «pozolero» al disolver una pierna de res que colocó en una cubeta, le echó el líquido y ésta se deshizo.

Explicó que para la entrega de los cuerpos, «El Teo» le daba indicaciones por teléfono para indicarle de las características de los vehículos que le llevaban los cadáveres.

El pasado jueves el Ejército mexicano detuvo a Santiago Meza López, alias «El Pozolero» en un operativo en la localidad de Ensenada, quien confesó haber disuelto en ácido a unos 300 cuerpos de personas enemigas o que mantenían deudas con la organización de los Arellano Félix.

El sicario, originario de Guamúchil, en el estado de Sinaloa, estaba en una lista entre los veinte narcotraficantes más buscados por la Agencia Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI).

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