La petición está contenida en un proyecto presentado por Margarita Stolbizer, vicepresidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, quien también exhortó al Poder Ejecutivo a que coordine con los miembros del Mercosur y la Unasur medidas que «aseguren una transición pronta y pacífica» en Libia.
«Nuestro país ha repudiado tardíamente las violaciones de derechos humanos, por lo que correspondería enfatizar nuestra posición como promotores de su defensa en nuestro país, en la región y en el mundo», destacó Stolbizer, líder de Generación para un Encuentro Nacional (GEN).
La legisladora sostuvo que la interrupción de relaciones diplomáticas se encuentra enmarcada «en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas como un instrumento válido de presión frente a un régimen que amenaza la paz y la seguridad internacional y viola sistemáticamente los derechos humanos».
El Gobierno argentino expresó este martes su «profunda preocupación» por la situación que se vive en Libia, lamentó la pérdida de vidas y abogó por una «pronta solución pacífica».
Las relaciones entre Argentina y Libia se intensificaron durante la última etapa de la dictadura militar argentina, cuando el régimen de Muamar el Gadafi ofreció a la Junta Militar ayuda para combatir a Gran Bretaña en la guerra de Malvinas.
Buenos Aires y Trípoli mantuvieron también estrechas relaciones durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), que al final de su mandato afrontó una sonora polémica por denuncias sobre las supuestas aportaciones de Gadafi a su campaña presidencial.
Durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), medios locales informaron sobre la visita de uno de los hijos de Gadafi al expresidente y los cancilleres de ambos países resaltaron la bonanza de las relaciones bilaterales.
En 2008, la presidenta Cristina Fernández se reunió con Gadafi en Trípoli y firmó varios acuerdos de cooperación con Libia en temas como energía nuclear de uso pacífico, tecnología espacial, agricultura, comercio e intercambio de estudiantes.
