En aquel incendio se registraron 361 víctimas.
La cancha de fútbol y los pabellones del Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) son testigos mudos de las incontables historias y dramas que viven los familiares de las víctimas del incendio carcelario que consumió la granja penal de Comayagua el pasado 15 de febrero.
Más de 200 personas se encuentran en el centro de acopio improvisado llamado “Campamento Esperanza”. La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) atiende a los familiares que los reos fallecidos y sus brigadistas lo hacen con dedicación.
Un grupo de respuesta compuesto por médicos, paramédicos, enfermeras, cocineras, pastores, sicólogos y profesionales en distintas áreas tratan de aliviar el dolor de los hondureños que esperan el cadáver de sus seres queridos.
Según el último reporte del Ministerio Público, hasta la fecha se han entregado 207 cadáveres.
Con el transcurso de los días la entrega de cuerpos se hace más lenta, lo que provoca cuadros de histeria, desesperación y angustia de los deudos que llevan casi un mes esperando noticias de sus seres queridos.
Miembros de Medicina Forense dijeron a Proceso Digital que están pendientes con la identificación de 154 cadáveres y en esa labor se encuentran expertos de España, Perú, Chile, México, Guatemala y El Salvador.
Un portavoz de la Fiscalía explicó que aunque hay otros cuerpos que están identificados falta hacerles otras pruebas que confirmen su identidad.
Familiares hacen un llamado Proceso Digital consultó en sentir y pensar de algunos hondureños que pacientemente esperar noticias de sus familiares. La joven Cecilia Ponce manifestó que “estoy orando para que me entreguen pronto el cadáver de Javier Antonio Solís (hermano). Ha pasado mucho tiempo y tengo la esperanza que me lo entreguen pronto porque me avisaron que está entre los reconocidos”, dijo. Por su parte, Merlin Rodas quien está a la espera a su primo Cirilo Carbajal agradeció el trato que ha recibido por el personal encargado del campamento en Infop. “Estoy creyendo que esta semana me entregarán el cadáver de mi familiar, algo me dice que el momento está cerca”, expresó con optimismo. Entre tanto, Raymundo Domínguez fue más consciente y señaló que “debemos tener paciencia para que nos entreguen el cuerpo de mi hermano José Santos Domínguez. Aquí estaré hasta que me llamen para reclamar el cuerpo”. |
Angustia y Frustración
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