Tegucigalpa – Once meses bastaron para que el Partido Anti Corrupción (PAC) que dirige el comentarista deportivo e ingeniero de profesión, Salvador Nasralla, abandonara su discurso anti sistema para comenzar a experimentar el encanto que produce el poder.
El PAC decidió entrar por una rendija, tan angosta, como los callejones mineros que aún se encuentran en algunos sectores del casco histórico de Tegucigalpa. Esa angostura se la da un puesto de elección de segundo grado en el cargo de uno de los tres comisionados reservados para el IAIP.
El Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) es el camino que escogió el llamado outsider Salvador Nasralla y el PAC para “infiltrarse” -dijo- en las estructuras de poder para poder desmoronarlas.
El IAIP es una instancia creada para dar vida a una de las herramientas legales en la lucha anticorrupción conocida como Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Tres comisionados deben rectorar el IAIP y vigilar por el cumplimiento de la ley.
En la actualidad, el IAIP ha estado funcionando sólo con dos comisionados, entre ellos un militar en retiro. Ahora la Cámara Legislativa se apresta a elegir el tercer miembro para que muchas decisiones colegiadas puedan ser tomadas sin dilación.
En una reciente comparecencia pública en el canal de Hondured, el líder del PAC, Salvador Nasralla, aceptó que aspiraban como partido a llenar esa vacante en el IAIP, incluso dijo que quieren su presidencia -actualmente en poder de la comisionada Doris Imelda Madrid- porque tienen derecho como tercera fuerza política a tener cuotas de poder.
Nasralla pidió también un magistrado dentro del Tribunal Supremo Electoral, siendo el cargo del IAIP, el inicio de lo que podría ser una fructífera relación para ocupar espacios de poder.
Pero si le increpan sobre un cobro de facturas del nacionalismo por estos favores, Nasralla se molesta, dice que no negocian nada, que no tienen ningún acuerdo con el Partido Nacional, porque no es “comparsa” de nadie.
El líder del PAC sostienen mediáticamente su discurso anti sistema que le generó adeptos en las pasadas elecciones generales, donde de acuerdo a sondeos de esa época, existía una masa flotante hondureña de casi 60 por ciento que aspiraba a cambios radicales, personas inconformes con el sistema que en cierta medida se vieron atraídas por el discurso del PAC.
Un discurso que para este noviembre se matiza con las actuaciones parlamentarias del PAC. En el hemiciclo, las primeras fricciones han salido a flote, al denunciar miembros del mismo Partido Anti Corrupción que el cargo del IAIP fue producto de una negociación secreta y nada transparente.
Salvador Nasralla dice que como son un partido anticorrupción qué mejor representación que aspirar a un cargo en el IAIP. Pero en las audiencias públicas los candidatos propuestos por este novel partido, tuvieron la más pobre participación acerca de qué se entiende por transparencia, acceso a información pública y derecho ciudadano a la información, dijo una experta en el tema consultada por este medio de comunicación. “Son proclives más bien a la opacidad”, afirmó.
La elección del comisionado anticorrupción se consumó la noche de este miércoles en medio de los tradicionales argumentos que se entonaban al son de las luces de las cámaras sin que ello afectará el producto final.
Mientras, los nacionalistas, no aceptaron ni negaron el pacto, sólo afirman que el PAC es una fuerza política “interesante” con derechos como el resto.
Lo mismo opinó el presidente de la Cámara, Mauricio Oliva, respecto a las presuntas negociaciones entre nacionalistas y una facción de Libre encabezada por Manuel Zelaya. “No quiero malos entendidos, el presidente Zelaya no vino a la sesión de esta noche por otras razones” expresó con una expresión relajada y sonriente.
Nasralla y sus condiciones
En política las negociaciones son válidas y los acuerdos también, al igual que los disensos. En el caso del PAC lo que subrayan los observadores es su discurso de distancia para “no contaminarse” con las élites políticas a las que cuestionan ferozmente.
El realismo mágico con que el PAC encantó a sus electores y otros simpatizantes que a la distancia se inclinaban por algunas de sus causas, empieza ahora a enfrentar el discreto encanto de la seducción del poder y aunque renieguen del resto de la oposición política parlamentaria, siguen sus pasos para agenciarse cuotas.
Salvador Nasralla, quien dice ser también el epicentro de su partido, condiciona así su participación -él como figura- en el próximo proceso electoral a cuatro puntos: nuevo censo electoral, nueva tarjeta de identidad, un magistrado en el Tribunal Nacional de Elecciones y la aplicación del voto electrónico.
La agenda en la mesa de las negociaciones está puesta y ha empezado a caminar.