Kansas City (EEUU) – Los Gigantes de San Francisco ya tienen su tercer título de la Serie Mundial en tres años después de ganar por 3-2 a los Reales de Kansas City en el séptimo partido y al lanzador Madison Bumgarner como el gran héroe que hizo posible que entrasen a formar parte de la historia.
Bumgarner, de 25 años, se encargó el sólo de darle tres de las cuatro victorias que lograron los Gigantes ante un rival como los Reales, que como equipo fueron mejores, pero que aunque tuvieron también un gran pitcheo, al final no pudieron con la nueva fuerza de la naturaleza dentro del béisbol profesional.
La nueva victoria entró a formar parte de la racha triunfal en al Serie Mundial que los Gigantes comenzaron cuando se proclamaron campeones en 2010 al vencer en cinco juegos a los Vigilantes de Texas, en lo que fue su primer título desde 1954 cuando tenían su sede en Nueva York.
La victoria les volvió a sonreír dos temporadas después en el «Clásico de Otoño» al barrer 4-0 a los Tigres de Detroit y de nuevo tras dos años de espera a que fuese otro par en el calendario lograron el tercer título, que ha sido el más disputado y el que más les ha costado.
Ahora los Gigantes ya se convirtieron en el segundo equipo de la Liga Nacional que gana tres títulos en un periodo de tiempo de cinco años, e igualan a los Cardenales de San Luis de 1942-46.
Eso fue posible porque Bumgarner salió del «bullpen» y lanzó cinco entradas de un relevo casi perfecto, mientras que el tercera base venezolano Pablo Sandoval anotó un par de carreras, incluida la decisiva, la que rompió el empate en la pizarra, y sería la de la victoria, en la parte alta de la cuarta entrada.
La Serie Mundial, segunda en la historia que disputaron los equipos comodines de ambas ligas, generó suspense y drama hasta el último «out» del partido que también protagonizaron Bumgarner y Sandoval.
Los Gigantes también consiguieron la octava victoria consecutiva en la fase final cuando el partido era el decisivo de la serie y confirmaron la fuerza mental que poseen desde que están bajo la dirección del piloto Bruce Bochy, que dirigió el cuarto «Clásico de Otoño» después de trabajar el primero con los Padres de San Diego.
Las estadísticas no favorecían a los Gigantes porque habían pasado más de tres décadas desde la última vez que un equipo –los Piratas de Pittsburgh– ganaron el séptimo juego de visitantes.
Pero el as ganador que tenían los Gigantes con Bumgarner sería el que estableció la diferencia después de ver como el duelo entre los abridores Jeremy Guthrie por los Reales y Tim Hudson por los Gigantes duró apenas algo más de tres entradas para el primero y a penas una y media para el segundo.
Ned Yost, piloto de los Reales, y Bochy se fueron de inmediato al plan B, que para el primero fueron los relevistas, el dominicano Kelvin Herrera, Wade Davis y Greg Holland.
Mientras que Bochy se fue con el zurdo Jeremy Affeldt y a partir del quinto episodio mandó llamar al estelar Bumgarner para que iniciase el camino hacia el título después que ya tenían la ventaja de 3-2 en la pizarra.
De lejos, Bochy tenía la mejor arma a su disposición, la frialdad, poder y colocación en los lanzamientos de Bumgarner (3-0), que se anotó su tercera victoria de este Clásico de Otoño, no sólo le hizo merecedor del premio de Jugador Más Valioso (MVP) sino que le encumbró entre los grandes de todos los tiempos.
Bumgarner puso broche de oro a una de las actuaciones más brillantes en la historia de la fase final después de retirar a 14 bateadores de manera consecutiva con apenas dos días de descanso.
El zurdo estelar sólo se llevó un susto para sacar el último «out» cuando el jardinero central venezolano Grégor Blanco falló al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon.
Pero Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul hacia territorio de Sandoval que se encargó de sacar el «out» número 27 del partido para ser también símbolo del triunfo de los Gigantes y en lo que pudo ser la despedida de su permanencia con el equipo de San Francisco.
Sandoval, de 28 años, que quizás disputó el último partido con los Gigantes, estuvo perfecto al irse de 3-3 y anotó dos carreras, la primera y la de la victoria.
El toletero venezolano, que concluyó la serie con .429 de promedio de bateo, el mejor del equipo, y también estableció nueva marca en una misma fase final, puede declararse agente libre en los próximos días.
Sandoval se tiró de espaldas sobre el césped del Kauffman Stadium con la pelota en su guante, mientras que Bumgarner y Posey se fundieron en un abrazo en el montículo para iniciar la celebración de todo el equipo.
Pero la figura del partido y de la Serie Mundial no era otro que Bumgarner, que tres días después de lanzar una blanqueda de cuatro imparablwes y realizar 117 lanzamientos para ganar el quinto partido, volvió a silenciar de forma impecable al bateo de los Reales, que 24 horas antes habían logrado anotar 10 carreras en el sexto juego.
El joven lanzador zurdo después de la derrota de los Gigantes por 10-0 que permitió a los Reales empatar la serie y forzar el séptimo partido también mostró su sentido del humor y la ironía con los periodistas.