Tegucigalpa – De la mano de los expertos sanitarios, Honduras debe perder el miedo y por lo tanto comenzar a trabajar de nuevo, reactivando la economía, de lo contrario tendremos dos pandemias simultáneas, la del COVID-19 y la de la crisis económica generalizada, coincidieron este miércoles sectores académicos, empresarios de todos los sectores y hondureños de a pie que ven cada día más difícil su sobrevivencia.
La solución a la actual crisis que enfrenta el país provocada por la aparición de la pandemia del COVID-19 a mediados de marzo pasado es volver al trabajo con las medidas de bioseguridad que protejan a los clientes, así como a los trabajadores. Son protocolos bien afinados que conlleva poner la salud de las personas en primer lugar, una tarea en la que cada una de las personas debe ser constructora de su propia seguridad.
Vencer el miedo ante la nueva realidad
El empresario sampedrano Ernesto Lazarus sugirió que el país debe vencer el miedo y que debe volver al trabajo, siempre guardando las medidas de seguridad para todos los incluidos en el proceso, clientes y trabajadores.
En una intervención en el programa Frente a Frente de Televicentro, el empresario Lazarus sostuvo que Honduras tiene el “reto de vencer el miedo y comenzar a trabajar”.
Indicó que esta fuera de duda lo primordial que es la salud de las personas, pero señaló que se debe vencer el miedo, acotando que el “programa no va a ser perfecto, habrá riesgos”, pero no se puede continuar esperando.
“Debemos entender que la vida productiva, la vida como tal va a ser otra, que tenemos que cohabitar con la enfermedad, hay miles de hondureños que están siendo severamente afectados en sus economías por lo que se debe analizar la situación para restablecer sus empleos”, sostuvo Lazarus.
El empresario sampedrano indicó que ya hay miles de personas que salen a trabajar todos los días para servir al resto de la población, como los empleados de bancos, gasolineras, farmacias, supermercados, policías, soldados y personal de salud.
El reto es hacerlo con responsabilidad e implica el compromiso de todos en torno a la protección que corresponde al individuo, que debe protegerse él mismo y con ello a su familia.
Lazarus indicó que toda la economía hondureña está vinculada, los grandes, medianos, pequeños y micros empresarios, ya que los pequeños compran bienes a los grandes, de ahí que el trato y la salida debe ser igual.
El empresario indicó que otro punto a contar con la reactivación de la economía es el andamiaje financiero que debe estar listo para que puedan ayudar a las empresas volver a iniciar sus labores, ya que la meta es reconstruir la actividad económica y con ello generar los empleos.
El gobierno decretó el toque de queda y el confinamiento para contener la propagación de la pandemia del COVID-19, con lo cual ha paralizado virtualmente la economía desde mediados de marzo.
Solamente están autorizados a operar los sectores productores de alimentos, farmacéutico, banca, energía, telecomunicaciones, combustibles, farmacias y ferreterías. El resto del sector productivo y comercial está paralizado.
Pobreza crecerá
Por su lado el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy, expresó su temor que el efecto de la paralización puede ser un incremento de la pobreza en el país.
Citó un estudio de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), una agencia de las Naciones Unidas, que señala que la pandemia del COVID-19 puede provocar más de 600 mil nuevos pobres en el país.
Sikaffy estima que unas 600 mil personas están suspendidas de sus fuentes de trabajo y con ello se han quedado sin ingresos. También recordó que hay un millón de hondureños que se encuentran en la economía del sector social o informal.
Eso equivale a 1.6 millones de personas sin ingresos, indicó el dirigente empresarial, con lo cual la gente no puede comprar sus alimentos y medicinas que necesitan.
El presidente del Cohep señaló que trabajan tanto por el sector formal como informal de la economía en los planteamientos que hacen al gobierno en las mesas de trabajo. Detalló que la piedra angular de la economía es el sector informal. El líder empresarial destacó que para los empresarios todas las medidas que se tomen deben ser poniendo en primer orden la vida de las personas.
El presidente Sikaffy dijo que la empresa privada está lista para volver al trabajo con el cumplimiento de todas las medidas de bioseguridad, resaltando que las empresas han invertido recursos para adquirir materiales para asegurar la bioseguridad de sus colaboradores y los clientes que lleguen.
El presidente del Cohep admitió que regresar al trabajo será de la mano de la opinión de la comunidad médica que está al frente en la lucha contra la pandemia, señalando que lo han dicho de manera enérgica que están preparados para asegurar la salud de las personas.
Mipyme no soporta más
Por su lado, el microempresario Bartolo Guzmán indicó que el sector que representa ya no soporta un mes adicional estar sin actividad y hacer frente a los compromisos de pago de salarios, servicios como energía eléctrica y otros.
Guzmán, propietario de un taller de sastrería donde emplea a cuatro trabajadores, señaló que ha podido pagar hasta la fecha a sus empleados, pero que no aguantaría otro mes paralizado, sin trabajar.
El pequeño empresario pidió al gobierno que autorice la apertura de las actividades y que es de sentido común que cada persona debe protegerse para resguardar su salud.
“La gente debe salir a trabajar, la epidemia de la pobreza y la miseria también es delicada”, alertó el empresario, dijo Guzmán, quien también señaló que el Estado no tiene capacidad para mantener a la gente por seis meses.
“A Honduras nadie la va a venir a salvar, si no la salvamos nosotros”, señaló el pequeño empresario, quien indicó que debía tener el país un golpe, como el de la pandemia COVID-19, para que la economía tenga que levantarse, una vez se regrese al trabajo.
Fuerte caída de recaudación
El vicerrector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julio Raudales, señaló que el gobierno sufrirá una fuerte caída de la recaudación fiscal debido a la parálisis de la economía.
Estimó la baja en los ingresos en hasta 60 mil millones de lempiras, en base al monto que solicitó al Congreso Nacional para endeudarse que fue por 2,500 millones de dólares.
Raudales, que también es profesor de Economía en la UNAH, apostó por una apertura inteligente de la actividad productiva, pero resaltó que para ello el Estado debe contar con información inteligente sobre la enfermedad del COVID-19.
Señaló que un estudio de la universidad proyectó que podría haber hasta 60 mil muertes causadas por la pandemia, pero alertó que por la violencia y la falta de alimentos pueden haber más de 100 mil muertos.