Tegucigalpa.- El auge que está teniendo el turismo hondureño está generando una especie de sana competencia entre las diversas regiones turísticas del país que de norte a sur y de este a oeste, ofrecen sus atractivos para esta época de vacaciones de verano a que entra el país totalmente a partir de este miércoles.
Así algunas regiones como Comayagua, que se considera la “ciudad de la fe” en Honduras por sus tradicionales alfombras de aserrín como parte del turismo religioso en la Semana Santa, está invitando a los hondureños a presenciar un ´mapping´ o animación virtual de los encantos de la ciudad a partir de las siete de la noche de este miércoles.

Luego, un día después una actividad similar se efectuará en la ciudad de Gracias, en Lempira.
Ambas actividades son promovidas por el gobierno de la república, pero en paralelo tanto como Comayagua como Gracias, Lempira, desarrollan también sus propias iniciativas turísticas que van desde centros de recreación, práctica de deportes extremos, arte culinario hasta las particularidades con que cada una de estas zonas conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Mientras en Gracias se promueve la imponente montaña de Celaque, las aguas termales y una pista aérea para quienes deseen acortar tiempo y disfrutar más de la ruta veraniega, en Comayagua la oferta turística, aparte de las coloridas alfombras de aserrín, se destacan los museos que recogen parte de la historia colonial de país y de esa antañona ciudad, así como una serie de barcitos que de noche dan un toque muy peculiar a Comayagua como ciudad de encanto colonial.
Los atractivos de occidente
En occidente, no solo Gracias, Lempira, busca llamar la atención de los turistas hondureños que gustan de conocer y recorrer el país, también la oferta turística se expande a Copán donde se encuentran las ciudades de Santa Rosa de Copán y Copán Ruinas, dos sitios imperdibles en el corredor turístico hondureño.
Ellos ahora presumen del reciente aeródromo de Río Amarillo inaugurado por las autoridades.

En el norte, las playas del Caribe siguen siendo los grandes atractivos turísticos donde La Ceiba, Tela, Trujillo, Omoa, Cortés e Islas de la Bahía en su conjunto: Roatán, Utila y Guanaja, cautivan a los veraneantes con su inmenso mar, sol, arena y el rugir de las olas.
Alrededor de estas zonas se producen también otros microclimas que son atractivos turísticos pues no solo existe agua salada, también caudalosos ríos, bosque de mangle, arrecifes de coral, culturas vivas, pintorescos pueblos que encierran anécdotas de batallas entre piratas en las aguas del Caribe hondureño, entre otras ofertas que hacen que Honduras sea turísticamente algo más que sol y playa.

En esta sana competencia turística que se ha desatado en el país, comienza a llamar la atención el llamado turismo rural que tiene en regiones de Olancho algunos de sus atractivos, en particular en viejas haciendas que abren sus puertas al turista para que conozca cómo funciona la ganadería, la producción lechera y otros atractivos propios de la ruralidad del campo que tiene también sus propios encantos naturales.
Tegucigalpa, turismo relajante
La región de El Paraíso se suma tímidamente también a la promoción del turismo rural en donde sobresalen pintorescos pueblos y todo lo concerniente a la cultura habanera dado la excelente calidad del habano que tiene al país entre los más competitivos a nivel mundial.

Mientras, Tegucigalpa y sus alrededores no se queda atrás y las ofertas turísticas van desde días de campo en pueblos hermosos como Ojojona, San Buena Ventura y Santa Ana, hasta paseo por el parque nacional La Tigra, la principal reserva ambiental de la ciudad, así como la propuesta hotelera de la ciudad con sus piscinas y espectáculos para hacer que el citadino que no sale de la capital, se divierta también en el verano.
En Semana Santa, la tranquilidad de Tegucigalpa es encantadora, sus calles vacías y el ruido de motores, da paso al bullicio de las aves que aún se mantienen en algunas colonias y la plaza central, cuyo trinar se percibe mejor en la quietud que rodea a la culta ciudad de los pinos, cuyos habitantes se vuelcan también de lleno a las procesiones religiosas y el cine, como otra opción de diversión, además de la comunión entre las familias.
El despertar del Sur
Finalmente, la zona sur es otro de los atractivos del país, donde se vuelca gran parte de los turistas por su cercanía con la capital. Los atractivos del sur de Honduras, donde se encuentran los más bellos atardeceres del país, han cautivado tanto al gobierno que el presidente Juan Orlando Hernández decidió comenzar su propia ruta turística desde el caluroso y atractivo departamento de Valle, específicamente en la isla de Amapala.

Amapala, San Lorenzo, Cedeño, Ratón, Los Delgaditos, la isla del Amor, la isla de los Pájaros, El Venado, entre otros, son algunas de las opciones para los veraneantes, que disfrutan no solo del intenso calor propio de la zona, sino que también de la candidez de la gente y la excelente gastronomía propia del pacífico hondureño.
Las autoridades de Turismo muestran su satisfacción ante las primeras proyecciones, al aseverar que han arribado hasta ahora más de seis mil turistas extranjeros, unos 800 mil nacionales se han desplazado a diversos puntos del país y confían en que la tendencia alcista se concrete con la segunda oleada de veraneantes que se espera comience a partir este miércoles, cuando la empresa privada se suma a las vacaciones de verano en ocasión de la semana mayor.
Las opciones turísticas este año han sido variadas y muchas regiones del país que antes creían tener un “mercado seguro” de turistas, ahora sienten que el turismo ha despertado y entran en la sana competencia otros sitios que también quieren beneficiarse de la derrama económica que presupone la época.