México – El Gobierno mexicano aseguró hoy que la construcción del nuevo aeropuerto capitalino será «una caja de cristal» y generará casi 160.000 empleos directos e indirectos.
«Será una caja de cristal a la vista de todos», afirmó el portavoz del Gobierno, Eduardo Sánchez, en una conferencia de prensa en la capital mexicana.
La primera fase de la obra concluirá en 2020 y requerirá una inversión superior a los 120.000 millones de pesos (cerca de 8,3 millones de dólares).
La obra, que comenzará este año, «será motivo de orgullo no sólo por su belleza y funcionalidad, sino porque se realizará de la mano de organizaciones sociales que garantizarán su ejecución transparente», aseguró Sánchez.
El aeropuerto generará casi 160.000 empleos directos e indirectos, dijo el portavoz, quien recordó que el Gobierno firmó el viernes un convenio con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para garantizar la transparencia y buenas prácticas en el desarrollo de la obra.
La OCDE emitirá opiniones y recomendaciones, elaborará un mapa de riesgos de procedimientos de contratación, así como una lista de medidas basadas en prácticas internacionales que puedan servir para desarrollar una estrategia de ejecución del proyecto.
La nueva terminal «se convertirá en un modelo a seguir respecto de la forma transparente y clara en la que debe ejercerse los recursos», añadió Sánchez, que en las últimas semanas ha tenido que salir a los medios para responder a varios escándalos.
Entre ellos, la licitación del tren de alta velocidad entre la capital y la ciudad de Querétaro, que fue cancelada por el presidente Enrique Peña Nieto tras las críticas lanzadas a un proceso que contó con un solo participante.
Además, el portavoz también salió al paso de los señalamientos realizados por el origen de una lujosa propiedad de la primera dama, Angélica Rivera, y otra del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ambas compradas a un contratista del Gobierno.
El nuevo aeropuerto capitalino fue diseñado por el arquitecto británico Norman Foster y su colega mexicano Fernando Romero, yerno del magnate Carlos Slim.
La terminal se construida en una zona aledaña al actual aeropuerto y en su fase inicial tendrá tres pistas y transportará 50 millones de pasajeros.
La fase final culminará con seis pistas y el tránsito de 120 millones de pasajeros anuales, cuatro veces más que la capacidad del actual, inaugurado en 1929 y que está al límite a pesar de que ha sido remodelado y ampliado en varias ocasiones.