Miami, (EEUU) – El republicano neoyorquino Donald Trump superó este martes inesperadamente a su rival demócrata Hillary Clinton y ganó la presidencia de Estados Unidos en una tensa final muy competitiva.
– Trump supera a Hillary Clinton y será el inquilino de la Casa Blanca
Trump, de 70 años, ganó los estados que le dieron más de los 270 delegados del Colegio Electoral, la mayoría necesaria para llegar a la Casa Blanca, ya que el voto popular no elige directamente al presidente.
¿Cómo califica el resultado de las elecciones presidenciales en EEUU?
— Proceso Digital (@ProcesoDigital) 9 de noviembre de 2016
Para eso, fue decisiva su victoria en Florida, que era clave con sus 29 delegados, y también en Texas (38), Ohio (18), Georgia (16) y Carolina del Norte (15).
El triunfo del magnate inmobiliario ha sido una total sorpresa, ya que todas las encuestas daban como ganadora a la ex Secretaria de Estado, aunque con muy poca ventaja.
La inesperada victoria de Trump podría hundir mañana miércoles la bolsa de Wall Street, provocar preocupación en la Casa Blanca porque sería el final del legado del presidente Barak Obama y causar escalofríos en las cancillerías de los países latinoamericanos, especialmente en México.
Los mercados de futuros comenzaron con notables descensos, así como el cambio del peso mexicano en relación al dólar. Como un síntoma del nerviosismo de los mercados internacionales, el valor del oro comenzó a subir imparable, lo que sucede siempre en tiempo de crisis.
La inesperada victoria de Trump se debe más que todo por el apoyo que le han dado la clase trabajadora blanca y las zonas rurales del país, frustradas con el “establishment” de Washington, al que culpan de su precaria situación económica y falta de empleo.
Clinton, que ha hecho una larga carrera política como ex Primera Dama, senadora y Secretaria de Estado, es para esa clase trabajadora blanca, una fiel exponente del “establishment”.
Y consideran a Trump, como un “outsider”, que puede traer cambios significativos en sus vidas.
Mientras que Clinton ha tenido el favor de la gente joven universitaria, los profesionales, las mujeres, los latinos y los de raza negra.
De nada le sirvió a Clinton, de 69 años, ganar los estados de California (55 delegados), Nueva York (29) e Illinois (20), ya que la ventaja de Trump fue difícil de superar con sus triunfos en estados donde se suponía que la ex Primera Dama podría ganar, como Florida.
De todas maneras, la ex Secretaria de Estado tenía preparadas dos discursos: uno para celebrar su victoria y otro para reconocer su derrota.
Trump había advertido que no reconocería su derrota debido a que el sistema electoral “estaba amañado”.
Con su victoria, los comentaristas se preguntan si ahora seguirá insistiendo que ha habido fraude electoral.
En las elecciones norteamericanas, el voto popular no elige directamente a un Presidente, sino a delegados por cada estado y un candidato tiene que lograr como mínimo una mayoría de 270 del Colegio Electoral para ocupar la Casa Blanca.
A Clinton no le ha servido mucho el significativo aumento de votantes latinos que la han preferido más que todo para evitar que Trump sea presidente, después que este ofendiera a los inmigrantes indocumentados, especialmente a los mexicanos, a los que llamó “violadores, delincuentes y narcotraficantes”.
Cerca de 27 millones de votantes latinos pueden votar en Estados Unidos y se estima que podrían haber votado en estas elecciones unos 14 millones, todo un record.
La mayoría de los latinos votan por candidatos demócratas, salvo los cubanos americanos del sur de la Florida, mayores de edad, que tradicionalmente lo hacen por los republicanos.
Clinton se había hundido en las encuestas en los últimos nueve días después que el director de la Agencia Federal de Investigación (FBI), James Comey, anunciara al Congreso que se habían descubierto nuevos correos confidenciales de y para la ex Secretaria de Estado que “podrían ser pertinentes” a las investigaciones anteriores sobre los correos electrónicos enviados desde un servidor de internet privado de ella.
La declaración de Comey, un republicano, fue criticada por la prensa y por el propio presidente Obama por influir en las elecciones y por ir en contra de la tradición del FBI de no interferir en un proceso electoral.
Y más raro ha sido que 48 horas antes de las elecciones, Comey diera un vuelco en redondo y exonerara a Clinton de toda culpa, tal como lo había hecho antes, en julio.
Fue buena noticia para la campaña de Clinton, pero muy tarde porque el daño ya estaba hecho y le había permitido a Trump subir en las encuestas y reducir la amplia ventaja que le llevaba su rival.
En estas elecciones, los dos candidatos rivales han sido altamente impopulares. Según un sondeo de la cadena CNN, un 61 por ciento del electorado ve a Trump con desagrado y hasta con miedo. Y un 54 por ciento tienen una opinión muy negativa de Clinton.