Tegucigalpa – Una nueva generación de pequeños carteles de la droga ligados a los grupos originales que han sido desarticulados, estarían surgiendo y asentando sus movimientos en los occidentales departamentos de Ocotepeque, Copán y Santa Bárbara, según expertos en la materia que atribuyen a estos grupos el repunte delictivo por los llamados controles territoriales.
Del norte y Caribe hondureño estos grupos se estarían desplazando hacia el occidente e incluso el sur de Honduras, en vista que sus rutas tradicionales se han vuelto muy conocidas y los golpes recibidos por la autoridad, les impiden moverse con la solvencia de antes, aseguran los conocedores del tema.
La rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, en la presentación del último informe del observatorio de la violencia, dijo que zonas como Santa Bárbara que aparecía punteando en la tasa de homicidios con 149 por cada 100 mil personas, su lectura podría estar ligada al reacomodo de los carteles de la droga.
Pareciera, dijo, que en esa zona como en otras del occidente del país, las bandas del crimen organizado se estuvieran reacomodando y se está frente a una nueva generación de carteles mucho más violenta que sus antecesores. Esos son los reportes que le han llegado al Observatorio, aseveró la rectora en rueda de prensa.
Expertos antidroga consultados por Proceso Digital indican que el occidente hondureño se ha vuelto una zona muy atractiva para el narcotráfico y otras ramificaciones del crimen organizado por su ubicación fronteriza con Guatemala, El Salvador y México.
Son zonas con numerosos puntos ciegos y “en este momento los carteles quieren bajar la presión que tienen sobre ellos en el norte y el Caribe y han optado por desplazarse al occidente e incuso a la zona sur, última donde ya hay registros de fuertes movimientos de grupos de transportistas o pequeños carteles de droga”, dijo a este medio digital un agente antinarcóticos que optó por el anonimato.
Los nuevos puntos de atención
“El nuevo triángulo del narcotráfico es el occidente de Honduras en al menos esos tres departamentos, y sí, son grupos más violentos, porque son los hijos, familiares o allegados de los carteles como los Valle Valle, los Cachiros o gente que trabajó con el “Negro” Lobo, último que ha sido uno de los más grandes transportistas de droga a nivel regional”, dijo la fuente.
En las zonas de occidente, tras el golpe dado al cartel de los Valle Valle y sus presuntos nexos con el cartel de Sinaloa en México, han surgido pequeños grupos de transportistas que se distribuyen el mercado: unos mueven la droga, otros se encargan del transporte, otros de identificar las rutas y así crean una cadena de logística y redes de contacto que les permite continuar el negocio mientras se reacomodan y cobran mayor fuerza.
Recientemente, el secretario de seguridad, Julián Pacheco Tinoco, advirtió del reacomodamiento de estas fuerzas dado los golpes contra importantes carteles en el país y al proceso de las extradiciones.
Pacheco dijo que la lógica de estos grupos es que mientras unos salen del mercado, entran otros, y que ellos estaban preparando sus estrategias para atajar esos nuevos surgimientos.
En la rueda de prensa que ofreciera, la rectora de la UNAH dijo que las nuevas cifras y movimientos territoriales de la inseguridad, llevaban a las autoridades de Seguridad y Defensa a replantear sus estrategias de ataque y prevención porque todo preveía un reacomodo de fuerzas muy violento que podía atascar el trabajo sostenido que se ha venido haciendo para disminuir los índices de violencia y homicidios.
Frente a la nueva dinámica de la violencia, el repunte de masacres y el resurgimiento de la modalidad de los encostalados, el Estado no puede seguir abordando el delito con las mismas estrategias de los últimos años, recomendó Julieta Castellanos.
Redefinir estrategias
La rectora universitaria sugirió incluso valorar cómo desde que empezaron las extradiciones hubo altos o bajos en los índices de homicidios y focalizar las estrategias en las zonas consideradas como territorios calientes y que a lo largo de una década lo viene indicando en sus informes el Observatorio de la Violencia.
La lucha contra la narcoactividad en Honduras, a raíz de las extradiciones se ha intensificado y según las autoridades los escudos aéreos y marítimos montados específicamente en el norte y Caribe han permitido atajar gran parte del trasiego de la droga de Sur a Norteamérica.
Más de una decena de hondureños, entre cabecillas de carteles, transportistas, financistas y otros operadores intermedios, incluyendo policías, han sido extraditados y otros se han entregado voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos en espera de una decisión de los tribunales de justicia.
Los mensajes de Washington
En este sentido, la presión de Estados Unidos continúa y el viernes 7 de octubre en un inusual comunicado publicó el listado de ocho personas, entre ellas un oficial de las Fuerzas Armadas de Honduras, que son investigados en su país por delitos de narcotráfico y corrupción.
Dentro de esa lista se encuentran presuntos líderes de carteles del narcotráfico que operan desde la Mosquitia hondureña y la región de Palacios en el Patuca hondureño en el departamento de Olancho.
Uno de esos nominados por Estados Unidos incluso figura en la lista brindada por el The New York Times de ser uno de los supuestos autores intelectuales en el crimen del zar antidroga, el general Julián Arístides González, asesinado hace siete años.
Se trata del hondureño Wilter Blanco a quien Estados Unidos ha dicho en su comunicado que es una de las ocho personas investigadas. Blanco se presume que ha tenido su asiento entre la Mosquitia hondureña y la Mosquitia nicaragüense y ahora ha sido puesto ya en la mira oficial estadounidense.
El tema del narcotráfico y de las extradiciones seguirá así dominando la agenda hondureña, pues otros están en lista de espera a ser extraditados y las peticiones hechas por Washington parece que irán en aumento.