San Salvador – El alcalde de San José de Guayabal en El Salvador, Mauricio Vilanova, se ha convertido en todo un personaje en ese pequeño país centroamericano. Fusil en mano, el edil salvadoreño, -a quien además apodan el sheriff- sale a patrullar armado las calles de su pueblo en compañía de un grupo de policías.
El reporte, del telenoticiero ‘Primer Impacto’, muestra como Vilanova con su respectivo chaleco antibalas y armado de fusil, pero sobre todo de valor, sale a la caza de pandilleros.
El funcionario edilicio mantiene a raya a los delincuentes, aunque de todos es conocido que su cabeza tiene precio. “Aunque no me crea desde que salimos de aquí, sabe la (pandilla) 18 que vamos a Palacios”, relata en una entrevista al medio televisivo norteamericano en el preciso momento que parte comandando un operativo.
Despacio y atento recorre las calles donde pululan pandilleros. “En un tiempo esta zona era catalogada la más caliente del municipio del Guayabal…”, dice mientras empuña su arma como medida precautoria.
Vilanova, a la vuelta en su despacho, mostró otras aristas de su plan de seguridad, al tiempo que se proyecta en la pared una presentación con los principales cabecillas de pandillas.
Tiene un archivo completo de los pandilleros, conoce su forma de actuar y su radio de acción. “Yo camino armado, mi seguridad también y en un momento determinado si toca elegir entre la vida de un pandillero o la mía, pues trataré de defender la mía”, dijo sin ambages.
Agradece el apoyo de los cuerpos de seguridad del Estado, especialmente el de la Policía salvadoreña.
En la zona donde gobierna el alcalde no se reportan homicidios desde hace mucho tiempo y los índices de extorsión llegan a cero.
Los pobladores del municipio agradecen las acciones de su alcalde y esperan que su programa tenga sostenibilidad en el tiempo.
“El Sheriff” toma su fusil y se acomoda el chaleco, pues no quiere descuidar el más mínimo detalle y que los grupos pandilleros se adueñen de El Guayabal.
Las pandillas constituyen uno de los principales problemas de El Salvador. Sus operaciones dejan la más alta tasa de homicidios en el mundo con más de 20 diarios.